lunes, 27 de septiembre de 2010

CONFIRMACIÓN OCTUBRE

Marió no puede organizar la cena del 6 octubre porque estará de mudanza, y me ha cambiado a mí el turno, así que me tengo que poner las pilas porque estaba yo la mar de tranquila con la cabeza en las musarañas.

La pregunta es: ¿cuántas seremos? ¿dónde nos meteremos?

¡ayyyyy diooooooooos! ¿y dónde narices os meto yo ahoraaaaa?

Os ruego encarecidamente que me lo digáis YAAAAAAAAAA

Por lo pronto ya sé que las NO ASISTENTES serán Marió, Isabel y María Norte...
¿hay alguna más?

ASISTENTES CONFIRMADAS (POR ORDEN DE APARICIÓN)
1. CRISTINA
2. ÁNGELA
3. PILAR
4. ADELA
5. SU INVITADA
6. MARGA
7. ROCÍO
8. MARÍA DEL MAR
9. MARÍA SUR
10. ELENITAAA


¡pleno al 10!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

ENVIDIA COCHINAAAA


NO ME PUEDO RESISTIR A DAROS ENVIDIA.
A PARTIR DE AHORA, CUANDO VEÁIS ESTE CUADRO EN ALGUNA EXPOSICIÓN LLEVARÁ DEBAJO LA INSCRIPCIÓN: COLECCIÓN DE LA MENDA (JEJEJEJE)

¿A QUE OS DOY ENVIDIA COCHINÍSIMAAAAAAA?
RABIA, RABIÑAAAAAA



MARÍA TRIFULCA... EN EL DIVÁN

CAPÍTULO I

MARÍA TRIFULCA VA A LA PSIQUIATRA, LE CUENTA SU VIDA Y COMO SE
SIENTE... ¿TÚ CÓMO TE LA IMAGINAS?


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VERSIÓN NUMBER ONE

¡Ding, dong!
-buenas tardes...
-buenas, tengo cita con la doctora
-pase, la atenderá en un momento...

(…se sienta a leer un Hola to manoseao...)

-Pase…

-Buenas tardes, María, ¿cómo estás? Túmbate y cuéntame que te pasa…

-Mira, la verdad es que no sé lo que me pasa… debería estar contenta con mi vida, pero, no sé, miro para atrás y tengo como un reconcom… es como si me hubiera olvidado de algo ¿sabes? Hago un balance y digo ¡bien!, no me puedo quejar... pero... mi pareja bien, bueno, tampoco es que mi vida sexual sea apasionante, pero nos equilibramos, y ahora que los niños van a su bola tenemos más ratitos para nosotros… los niños... buuuuffffff!... dos adolescentes de coco y huevo. A veces echo de menos cuando mi niña decía: mami, de mayor quiero ser como tú… buffff… ahora sólo dice ¡mamáaaaa, corta el rollooo!... ¡una batalla campal esto de la adolescencia! mis amigas están igual, hija, pero eso no es consuelo… ¿qué narices quieren? Toda la vida pensando en ellos, hablado muchísimo con ellos, viajando con ellos... y los veranos... a repartir... la mitad, con lo del intercambio de casa genial, conociendo muchos países… la otra mitad en casa de mi suegra, que la playa les encanta a los niños, tienen allí su pandilla y a sus primos, vida de familia, vamos, que quince días se aguantan, más es una pesadilla chocándote con tanto cuñao por los pasillos, un follón, cada uno con su horario y sus cosas, pero quince días se aguantan… yo soy más de ir al extranjero, pero es que más tiempo no se puede, no hay economía que lo aguante… yo me pasaría la vida viajando... estoy como dice una amiga que tiene mucha gracia, ella dice: “estoy en un momento de mi vida que me voy al extranjero o me echo un novio senderista”… jajaja! un poco de emoción nos falta a esta edad ¿no?... Yo me iría a Oxford con mi hermana, esa sí se lo montó bien… me encantaría hablar inglés a la perfección… entenderlo lo entiendo, pero bien, lo que se dice bien todo todo, eso no, y eso que llevo toda la vida estudiando. Mi amiga Pili lo habla es-tu-pen-da-mente, y me llama y me dice, Triful, cariño, vamos al cine, ponen una en versión original estupenda... Enterarme me entero, que sé cuando se enamoran o si tienen un problema, pero a veces ella me pega un codazo y dice: ¡qué golpe más bueno, jajajaja! ¡Y me doy cuenta que no me he enterado del golpe! Me río y eso por no dar explicaciones, pero en esos momentos es cuando me digo ¡que bien me vendría un añito en Oxford! Vamos, que lo que te quiero decir es que estoy bien, ¿no?, pero un poquito de emoción me falta, pa que nos vamos a engañar… me daría pena por mis amigas, claro, y por mi padre, que el hombre está mayor, pero al fin y al cabo mi hermana vive en Oxford y no pasa nada, cada dos por tres coge uno de esos vuelos baratísimos y se planta aquí en un pispas… lo peor es lo del trabajo, una profesional liberal a tiempo parcial como yo a lo mejor con la crisis no está la cosa para años sabáticos… en fin, una pena, ahora es cuando estoy bien, y con el pilates mejor me voy a poner, que quiero quitarme la mollita que me sale cuando me siento. Hasta ahora no podía por los niños, pero ya sí, y va siendo hora de dedicarle tiempo a mi cuerpo serrano… iba a ir hoy, pero con tu cita lo he dejado para mañana… ya me he hecho la depilación láser en una pierna, en la otra no, porque hija, con la mala suerte que a la amiga que me lo hacía la han despedido... en fin, que hay que cuidarse, y más yo, que soy de constitución barriga... no es que tenga barriga todavía, pero más vale prevenir que curar... y para colmo dentro de poco nos reunimos las compañeras del colegio, que están como locas con el facebú, y quiero que me vean estupenda... ¡tenemos una liá con el facebú!… yo estoy aprendiendo… y venga a llegarte invitaciones de amistad, a alguna la ves y dices ¿y esta quién es, madre mía de mi alma? ¡Y te quedas muerta cuando lo descubres! ¿Esa señoronaaa es la de las trencitas que se sentaba delante mía en claseeee? ¡Por diooooos! Vamos, yo estoy in-fi-ni-ta-mente mejor pa la edad que tengo!... ¡qué gracia! ¡hasta de una monja me ha llegado una invitación! “Madre margarita solicita tu amistad” ni loca, vamos, ¿madre margarita mi amigaaa?, que era la que me ponía cara a la pared! ¡las cosas que se ven! ¿estará arrepentida de sus pecados y querrá pedirme perdón? digo yo que un muro de esos no es sitio de perdonar pecados ¿no? Me da no sé que mandarla a la mierda, porque no sé si eso le llega... hoy día quien no sabe de informática es como la que antes era analfabeta. Mi pareja sí que sabe muchísimo, hasta ha hecho cursos, está metidísiimooo en lo de las redes sociales, hasta tiene un blog con unos amigos y se cuentan sus cosas. No sé qué se contarán, la verdad, no he entrado por no ser indiscreta, pero a veces pienso ¿me estaré perdiendo algo? ¿hablarán de mujeres?... otra amiga está venga a mandarme invitaciones a otro que hablan de libros, sabe que me encanta leer y siempre me está diciendo ¡chiquilla, entra, que te vas a divertir!, pero es que después de estar de polígono en polígono por mi trabajo, llego a casa con ganas de tirarme en el sofá y ver la tele, o ponerme a cocinar, que me relaja una barbaridad… las comidas exóticas, eso es lo que me gusta, no chatear o como se llame eso, y para presentar los platos de forma sugerente sí que soy creativa… pongo los platos tan monos que ya quisieran muchos restaurantes de lujo… me lo dice todo el mundo...

bueno, cuando me digas corto ¿eh?... pues eso, que no sé qué me pasa, que tengo como un reconcommmm…

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VERSIÓN NUMBER TWO

¿La escribes tú?

(esto ya va tomando color)



(y más coloooooor!)
...CON LAS ARRUGAS PROPIAS DE SU EDAD

lunes, 20 de septiembre de 2010

buscando en el baúl de los recuerdos, uuuuu


mira, Maripi, lo que he encontrado en mi baúl de los recuerdos
¿te acuerdas de ella?
¡María Trifulca!

Eran los bocetos para el logo, que dibujé en un cuaderno del año del catapúm chimpún y que todavía conservo como oro en paño. Por entonces ella llevaba una coletilla enhiesta en lo alto de sus pelos rosas, ¡que mona! ¿verdad? con sus pendientes de flores, su boquita de piñón siempre pintá y su felpa XXL...

¡¡¡ayyyy, que me pongo nostálgica!!!!


sábado, 18 de septiembre de 2010

¿se puede morir una biblioteca?

Yo creo que no, que una biblioteca nunca muere, a no ser que la mate un incendio, un terremoto o algo así. Pero de muerte natural no. Puede morir su dueño, y entonces los libros se reparten y viven otras vidas. Algunos, los más preciados, esos que guardan recuerdos entre sus páginas, los que están adornados con ilustraciones o con la firma del autor, pasan a formar parte de las bibliotecas de personas cercanas al difunto. Otros, los anodinos, seguramente irán a librerías de viejo para comenzar un ciclo en otras manos que quizás los valoren más. A los más viejos, los más estropeados, los que tienen las páginas onduladas de salitre como el mío de Steinbeck, los herederos los tirarán a un contenedor de papel para que se hagan un lifting-regenerationtotal y salgan con otra cara (claro que los pobres pueden salir con cara de extracto bancario, pero eso es otra historia).
Y diréis, queridas amigas, que por qué narices estoy yo tan metafísico-literaria pensando en la muerte de los libros... pues os lo voy a contar ya que me lo preguntáis:

¡ha muerto mi* ebook!
*(Bueno, sí, vale, lo diré antes de que me lo diga otra: era el ebook de mi Eli, pero lo tenía yo en usufructo intensivo)

Los mil y pico libros que almacenaba en sus entrañas no podrán ser leídos a menos que me compre otro (o le deje la tarjetita en herencia a María Norte). Porque ni mi economía ni mis estanterías me permiten comprármelos en formato papel. El necrológico suceso ocurrió así: el otro día, sin venir a cuento, cuando todo prometía un ratito de feliz lectura, la pantallita empezó a desdibujarse, las letras se iban deformando en unas feísimas rayas verticales que ni entornando los ojos se leían. Poco a poco se puso la pantalla grisácea... Lo apagué y pensé que a la mañana siguiente, por arte de magia, se arreglaría solito... ¡ilusa!... ¡hasta hoy!. He hecho todo lo que ponía el libro de instrucciones para casos de urgencia, me he metido en foros de internet para ver si a alguien le había pasado lo mismo, he escrito un SOS a la empresa... Nada. No tiene arreglo. Y como yo tampoco lo tengo, he perdido el ticket que sería su única salvación (y la mía).



Estoy desolada. No paro de cantar por los rincones esa famosa canción que dice: "se nos murió el ebooooook de tantooo usaaarlooooo"... Y recuerdo con pesar como hace apenas unos días presumía ante vosotras de las bondades de tener un ebook entre tus manos, de poder leer con los brazos en jarras, de pasar las paginitas de un tocho considerable simplemente a golpe de botón, de poner la letra al tamaño que mejor le vaya a tu pobre vista cansada... Pues eso pasó a la historia. Y lo echo de menos. Eso es lo peor. Que echo de menos un aparatejo. Le había cogido cariño, que le vamos a hacer.

Requiem cantim pace mi biblioteca electrónica. Vuelvo a pasar página...

P.D. Por cierto, no se ha observado en el propietario del aparatejo ningún síntoma apreciable de duelo, es más, no le ha echado ni una miraíta... ¿veís como hice bien en adoptarlo yo?.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Acta de la Cena de Septiembre

ACTA DE LA CENA DE SEPTIEMBRE


Queridas compis de Hoy Libro:

Como la cena de este mes ha sido un poco atípica no me voy a extender mucho.

Mi invitada y amiga se llama Fátima y me ayudó muchiiiisimo en la preparación de la mesa, le quiero desde aquí dar las gracias, fué una grata compañia y yo sé que fué un gran esfuerzo para ella por un problema personal, pero allí estaba ella, tan guapa como siempre y con su maravillosa sonrisa aunque a media luz. Un beso fuerte. Y además nos hizo un regalito a cada una monísimo (ver fotos). ¡¡¡GRACIAS FATIMA!!!

Los comentarios al libro "Las uvas de la ira" de John Steinbeck seran sin especificar nombres, así nunca se sabrá quien no lo ha leido.

En general el libro ha gustado mucho, nos ha enganchado, tiene mucha fuerza, te hace tragar polvo y vivir un viaje interminable en unas pésimas condiciones. Algunas han visto la película y nos la han comentado un poco, comparándola con el libro.

Es verdad que es muy actual y nos recuerdan situaciones de nuestra economía, la crisis, los abusos, la explotación.... las huelgas, los piquetes ...Hace 60 años la relación de los bancos, de la agricultura... la historia se repite permanentemente.

Los personajes estan muy bien descritos y bien definidos, hace muchas descripciones lo cual te hace meterte muy bien en la historia aunque resulta pesado en algunas ocasiones dicen algunas pero a otras les han encantado. El personaje principal "la madre" es el motor, la que mantiene a la familia unida, aunque el protagonista sea Tom. (Pasa lo mismo en "Al Este del Eden"). Y los personajes secundarios, el predicador se convierte en lider, Jhon con su pena tiene bastante, Al admira a Tom y busca el amor, Rose lo pierde todo... y los abuelos.... el gasolinero...

La ira no se ve en Tom, es un buen hijo y un buen hermano, ni en los dos asesinatos que comete, son por defensa personal, tampoco en el padre, es una ira contenida, pero sí se refleja en los guardas... "En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y cogen peso, listas para la vendimia".

Es una historia muy dura. Hace referencia a la supervivencia pura y dura, no pueden mostrar sus emociones (por ejemplo muerte de la abuela), parece que ni sufren ni padecen. Se siente la rabia y la impotencia de los hombres, los niños se mueren de hambre.

El lenguaje nos hace meternos en su mundo, expresa la realidad con sencillez. Fué un libro muy censurado.

El final impacta un poco, te enseña mucho, como hay que ayudarse unos a otros hasta el límite de tus fuerzas, pero en realidad esta historia no tiene final, la historia continúa...

Y el final de la cena?: si habeís visto las fotos pues imaginaros como terminó la noche...

Me despido aquí, no puedo ir a la próxima reunión porque no me da tiempo a leer el libro y pesa un poco para llevarmelo en la mochila, salgo mañana temprano empiezo en Salamanca rumbo a Santiago 500 km aproximadamente. Un beso para todas.

martes, 14 de septiembre de 2010

UN CARTERO ULTRALIGERO

¿Por qué nos gusta tanto que el cartero nos traiga un sobre escrito a mano?

En estos tiempos que corren sólo encontramos en nuestro buzón impersonales cartas de bancos. Pero de vez en cuando, entre esos aburridos sobres se cuela un alborotador con nuestro nombre escrito a mano en grandes letras negras. Y nos alegra la vista. Conmueve imaginar al remitente pensando en ti como destinataria del objeto que tiene entre sus manos, y que ni corto ni perezoso invierta su tiempo en comprar un sobre, envolverlo, escribir tu nombre en el sobre, ir a la oficina de correos más próxima y pagar el importe correspondiente para que te llegue pronto. En esta vida ultraligera, en la que todo lo arreglamos pulsando el botón de enter, ya no es normal dedicarle tanto tiempo a alguien. Por eso nos gusta tanto que venga el cartero con alguna sorpresa.

Yo acabo de recibir una de esas sorpresas en mi buzón. Me dejaron un aviso para que lo recogiera en correos, allí acudí rauda y veloz (¿ultraligera?) y no pude evitar abrirlo en la misma puerta. Ya sabéis de mi curiosidad patológica. Encima del sillín de la moto he abierto el sobre con el nerviosismo propio de mi patología, y me he encontrado con un papel de celofán envolviendo una cuidada edición tan celeste como el cielo de hoy, y en la primera página una dedicatoria donde el amigo que me lo enviaba me explicaba que sus ilustraciones acompañan los relatos de "una gran promesa, una joven y vital escritora", Mª Teresa Morillas, que además de todo eso es la persona con la que mi amigo "tiene la suerte de compartir su vida y muchas cosas más".


En la primera página se encuentra toda una declaración de intenciones:
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ULTRALIGEROS
comprimidos efervescentes
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Composición
Contienen aproximadamente unas 1000 palabras por unidad, agua marina purificada, 4 micras de energía solar encapsulada, ácido cítrico en su justa proporción, extractos de hierbabuena y mentol. Aromas de miel, esencia a jazmín antiguo y nácar pulverizado
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Acción terapéutica
Estos relatos han sido imaginados con el ánimo de mitigar el calor veraniego o caldear tardes de chimenea. Está indicado su uso en problemas de fatiga vital, desánimo y cardiopatías varias. Pueden utilizarse como iluminador del páncreas. Son un estimulante sistemático que dilata satisfactoriamente las vías respiratorias.
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Dosificación y empleo
Se aconseja leer uno al día para favorecer así la óptima absorción. La dosis puede ampliarse sin criterio médico. Se deben leer como aperitivo acompañado de un buen vermouth o bebida refrescante. Previo a la iniciación de cada toma, es imprescindible realizar un adecuado tintineo con los cubitos de hielo.
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Efectos secundarios
No se han descrito.
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Advertencias
Durante el tratamiento, si lo desea, la paciente puede quedar embarazada.
Se puede conducir con toda normalidad.
Es compatible con su medicación habitual.
No presenta fecha de caducidad.
Puede crear una sana adicción.
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MANTÉNGASE CERCA DEL ALCANCE Y A LA VISTA DE LOS NIÑOS

RECUERDE: LA LECTURA ES SANADORA.
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Yo ya me estoy medicando. Ya sabéis que para la lectura y el tintineo de los cubitos de hielo soy ULTRALIGERAAAAAAAA


SI ALGUNA QUIERE AUTOMEDICARSE, PUEDE HACERLO COMPRÁNDOLO AQUÍ



FOTOS DE LA CENA DE SEPTIEMBRE

lunes, 13 de septiembre de 2010

REGALITO PA MI BLOG

Para todas vosotras, lectoras insaciables de historias.

Besitos preotoñales trianeros.

viernes, 10 de septiembre de 2010

SOBRE SUITE FRANCESA

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA

Bajo el oprobio

En su conmovedora novela 'Suite francesa', Irène Némirovsky retrató de forma persuasiva, lúcida y sentida los alcances de la barbarie nazi para los seres comunes y corrientes

MARIO VARGAS LLOSA. EL PAÍS 22/08/2010

Irène Némirovsky conoció el mal, es decir el odio y la estupidez, desde la cuna, a través de su madre, belleza frívola a la que la hija recordaba que los seres humanos envejecen y se afean; por eso, la detestó y mantuvo siempre a una distancia profiláctica. El padre era un banquero que viajaba mucho y al que la niña veía rara vez. Nacida en 1903, en Kiev, Irène se volcó en los estudios y llegó a dominar siete idiomas, sobre todo el francés, en el que más tarde escribiría sus libros. Pese a su fortuna, la familia, por ser judía se vio hostigada ya en Rusia en el tiempo de los zares, donde el antisemitismo campeaba. Luego, al triunfar la revolución bolchevique, fue expropiada y debió huir, a Finlandia y Suecia primero y, finalmente, a Francia, donde se instaló en 1920. También allí el antisemitismo hacía de las suyas y, pese a sus múltiples empeños, ni Irène ni su marido, Michel Epstein, banquero como su suegro, pudieron obtener la nacionalidad francesa. Su condición de parias sellaría su ruina durante la ocupación alemana.


En los años veinte, las novelas de Irène Némirovsky tuvieron éxito, sobre todo, David Golder, llevada al cine por Julien Duvivier, le dieron prestigio literario y fueron elogiadas incluso por antisemitas notorios, como Robert Brasillach, futuro colaboracionista de los nazis ejecutado a la Liberación. No eran casuales estos últimos elogios. En sus novelas, principalmente en David Golder, la autora recogía a menudo los estereotipos del racismo antijudío, como su supuesta avidez por el dinero y su resistencia a integrarse en las sociedades de las que formaban parte. Aunque Irène rechazó siempre las acusaciones de ser un típico caso del "judío que odia a los judíos", lo cierto es que hubo en ella un malestar y, a ratos, una rabia visceral por no poder llevar una vida normal, por verse siempre catalogada como un ser "otro", debido al antisemitismo, una de las taras más abominables de la civilización occidental. Eso explica, sin duda, que colaborara en revistas como Candide y Gringoire, fanáticamente antisemitas. Irène y Michel Epstein comprobaron en carne propia que no era fácil para una familia judía "integrarse" en una sociedad corroída por el virus racista. Su conversión al catolicismo en 1939, religión en la que fueron bautizadas también las dos hijas de la pareja, Denise y Elizabeth, no les sirvió de nada cuando llegaron los nazis y dictaron las primeras medidas de "arianización" de Francia, a las que el Gobierno de Vichy, presidido por el mariscal Pétain, prestó diligente apoyo.


Irène y Michel fueron expropiados de sus bienes y expulsados de sus trabajos. Ella sólo pudo publicar a partir de entonces con seudónimo, gracias a la complicidad de su editorial (Albin Michel). Como carecían de la nacionalidad francesa debieron permanecer en la zona ocupada, registrarse como judíos y llevar cosida en la ropa la estrella amarilla de David. Se retiraron de París al pueblo de Issy-l'Évêque, donde pasarían los dos últimos años de su vida, soportando las peores humillaciones y viviendo en la inseguridad y el miedo. El 13 de julio de 1942 los gendarmes franceses arrestaron a Irène. La enviaron primero a un campo de concentración en Pithiviers, y luego a Auschwitz, donde fue gaseada y exterminada. La misma suerte correría su esposo, pocos meses después.


Las dos pequeñas, Denise y Elizabeth, se salvaron de milagro de perecer como sus padres. Sobrevivieron gracias a una antigua niñera, que, escondiéndolas en establos, conventos, refugios de pastores y casas de amigos, consiguió eludir a la gendarmería que persiguió a las niñas por toda Francia durante años. La monstruosa abuela, que vivía como una rica cocotte, rodeada de gigolós, en Niza, se negó a recibir a las nietas y, a través de la puerta, les gritó: "¡Si se han quedado huérfanas, lárguense a un hospicio!". En su peregrinar, las niñas arrastraban una maleta con recuerdos y cosas personales de la madre. Entre ellas había unos cuadernos borroneados con letra menudita, de araña. Ni Denise ni Elizabeth se animaron a leerlos, pensando que ese diario o memoria final de su progenitora, sería demasiado desgarrador para las hijas. Cuando se animaron por fin a hacerlo, 60 años más tarde, descubrieron que era una novela: Suite francesa.


No una novela cualquiera: una obra maestra, uno de los testimonios más extraordinarios que haya producido la literatura del siglo XX sobre la bestialidad y la barbarie de los seres humanos, y, también, sobre los desastres de la guerra y las pequeñeces, vilezas, ternuras y grandezas que esa experiencia cataclísmica produce en quienes los padecen y viven bajo el oprobio cotidiano de la servidumbre y el miedo. Acabo de terminar de leerla y escribo estas líneas todavía sobrecogido por esa inmersión en el horror que es al mismo tiempo -manes de la gran literatura- una proeza artística de primer orden, un libro de admirable arquitectura y soberbia elegancia, sin sentimentalismo ni truculencia, sereno, frío, inteligente, que hechiza y revuelve las tripas, que hace gozar, da miedo y obliga a pensar.


Irène Némirovsky debió ser una mujer fuera de lo común. Resulta difícil concebir que alguien que vivía a salto de mata, consciente de que en cualquier momento podía ser encarcelada, su familia deshecha y sus hijas abandonadas en el desamparo total, fuera capaz de emprender un proyecto tan ambicioso como el de Suite francesa y lo llevara a cabo con tanta felicidad, trabajando en condiciones tan precarias. Sus cartas indican que se iba muy de mañana a la campiña y que escribía allí todo el día, acuclillada bajo un árbol, en una letra minúscula por la escasez de papel. El manuscrito no delata correcciones, algo notable, pues la estructura de la novela es redonda, sin fallas, así como su coherencia y la sincronización de acciones entre las decenas de personajes que se cruzan y descruzan en sus páginas hasta trazar el fresco de toda una sociedad sometida, por la invasión y la ocupación, a una especie de descarga eléctrica que la desnuda de todos sus secretos.


Había planeado una historia en cinco partes, de las que sólo terminó dos. Pero ambas son autosuficientes. La primera narra la hégira de los parisinos al interior de Francia, enloquecidos con la noticia de que las tropas alemanas han perforado la línea Maginot, derrotado al Ejército francés y ocuparán la capital en cualquier momento. La segunda, describe la vida en la Francia rural y campesina ocupada por las tropas alemanas. La descripción de lo que en ambas circunstancias sucede es minuciosa y serena, lo general y lo particular alternan de manera que el lector no pierde nunca la perspectiva del conjunto, mientras las historias de las familias e individuos concretos le permitan tomar conciencia de los menudos incidentes, tragedias, situaciones grotescas, cómicas, las cobardías y mezquindades que se mezclan con generosidades y heroísmos y la confusión y el desorden en que, en pocas horas, parece naufragar una civilización de muchos siglos, sus valores, su moral, sus maneras, sus instituciones, arrebatadas por la tempestad de tanques, bombardeos y matanzas.


Irène Némirovsky tenía al Tolstói de Guerra y paz como modelo cuando escribía su novela; pero el ejemplo que más le sirvió en la práctica fue el de Flaubert, cuya técnica de la impersonalidad elogia en una de sus notas. Esa estrategia narrativa ella la dominaba a la perfección. El narrador de su historia es un fantasma, una esfinge, una ausencia locuaz. No opina, no enfatiza, no juzga: muestra, con absoluta imparcialidad. Por eso, le creemos, y por eso esa historia fagocita al lector y este la vive al unísono con los personajes, y es con ellos valiente, cobarde, ingenuo, idealista, vil, inteligente, estúpido. No solo la sociedad francesa desfila por ese caleidoscopio de palabras, la humanidad entera parece haber sido apresada en esas páginas cuya maniática precisión es engañosa, pues por debajo de ella todo es dolor, desgarramiento, desánimo, tortura, envilecimiento, aunque, a veces, también, nobleza, amistad, amor y generosidad. La novela muestra cómo la vida es siempre más rica y sutil que las convicciones políticas y las ideologías y cómo puede a veces sobreponerse a los odios, las enemistades y las pasiones e imponer la sensatez y la racionalidad. Las relaciones que llegan a anudarse, por ejemplo, entre muchachas campesinas y burguesas -entre ellas, algunas esposas que tienen a sus maridos como prisioneros de guerra- y los soldados alemanes, uno de los temas más difíciles de desarrollar, están narradas con insuperable eficacia y dan lugar a las páginas más conmovedoras del libro.


Sobre la Segunda Guerra Mundial y los estragos que ella causó, así como sobre la irracionalidad homicida de Hitler y el nazismo se han escrito bibliotecas enteras de historias, ensayos, novelas, testimonios y estudios y se han hecho documentales innumerables, muchos excelentes. Yo quisiera decir que, entre todo ese material casi infinito, probablemente nadie consiguió mostrar de manera más persuasiva, lúcida y sentida, en el ámbito de la literatura, los alcances de aquel apocalipsis para los seres comunes y corrientes, como esta exiliada de Kiev, condenada a ser una de sus víctimas, que ante la adversidad optó por coger un lápiz y un cuaderno y echarse a fantasear otra vida para vengarse de la vida tan injusta que vivió.


© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2010. © Mario Vargas Llosa, 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

sobre el olvido que seremos

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA

La amistad y los libros

'El olvido que seremos', de Héctor Abad Faciolince, es una memoria desgarrada sobre la familia y el padre del autor y una inmersión en el infierno de la violencia política colombiana

MARIO VARGAS LLOSA

EL PAÍS 07/02/2010

Me pasó hace algunos años con Javier Cercas y ahora me acaba de pasar de nuevo con Héctor Abad Faciolince. Cuando leí la extraordinaria novela de aquél, Soldados de Salamina, no sólo me quedó en el cuerpo -bueno, en el espíritu- ese sentimiento de felicidad y gratitud que nos depara siempre la lectura de un hermoso libro, sino, además, una necesidad urgente de conocerlo, estrecharle la mano y agradecérselo en persona. Gracias a Juan Cruz, uno de cuyos méritos es estar inevitablemente donde se lo necesita, no mucho después, en una extraña noche en que Madrid parecía haber quedado desierta y como esperando la aniquilación nuclear, conocí a Cercas, en un restaurante lleno de fantasmas. De inmediato descubrí que la persona era tan magnífica como el escritor y que siempre seríamos amigos.

Me ocurre muy rara vez sentir esa urgencia por conocer personalmente a los autores de los libros que me conmueven o maravillan. Me he llevado ya algunas tremendas decepciones al respecto y, de manera general, pienso que es preferible quedarse con la imagen ideal que uno se hace de los escritores que admira, antes que arriesgarse a cotejarla con la real. Salvo que uno tenga la aplastante sospecha de que vale la pena intentarlo.

Después de leer hace algún tiempo El olvido que seremos, la más apasionante experiencia de lector de mis últimos años, deseé ardientemente que los dioses o el azar me concedieran el privilegio de conocer a Héctor Abad Faciolince para poder decirle de viva voz lo mucho que le debía.

Es muy difícil tratar de sintetizar qué es El olvido que seremos sin traicionarlo, porque, como todas las obras maestras, es muchas cosas a la vez. Decir que se trata de una memoria desgarrada sobre la familia y el padre del autor -que fue asesinado por un sicario- es cierto, pero mezquino e infinitesimal, porque el libro es, también, una sobrecogedora inmersión en el infierno de la violencia política colombiana, en la vida y el alma de la ciudad de Medellín, en los ritos, pequeñeces, intimidades y grandezas de una familia, un testimonio delicado y sutil del amor filial, una historia verdadera que es asimismo una soberbia ficción por la manera como está escrita y construida, y uno de los más elocuentes alegatos que se hayan escrito en nuestro tiempo y en todos los tiempos contra el terror como instrumento de la acción política.

El libro es desgarrador pero no truculento, porque está escrito con una prosa que nunca se excede en la efusión del sentimiento, precisa, clara, inteligente, culta, que manipula con destreza sin fallas el ánimo del lector, ocultándole ciertos datos, distrayéndolo, a fin de excitar su curiosidad y expectativa, obligándolo de este modo a participar en la tarea creativa, mano a mano con el autor.

Los cráteres del libro son dos muertes -la de la hermana y la del padre-, una por enfermedad y otra por obra del salvajismo político, y en la descripción de ambas hay más silencios que elocuciones, un pudor elegante que curiosamente multiplica la tristeza y el espanto con que vive ambas tragedias el encandilado lector.

Contra lo que podría parecer por lo que llevo dicho El olvido que seremos no es un libro que desmoralice a pesar de la presencia devastadora que tienen en sus páginas el sufrimiento, la nostalgia y la muerte. Por el contrario, como ocurre siempre con las obras de arte logradas, es un libro cuya belleza formal, la calidad de la expresión, la lucidez de las reflexiones, la gracia y finura con que está retratada esa familia tan entrañable y cálida que uno quisiera fuera la suya propia, hacen de él un libro que levanta el ánimo, muestra que aún de las más viles y crueles experiencias, la sensibilidad y la imaginación de un creador generoso e inspirado pueden valerse para defender la vida y mostrar que hay en ella, pese a todo, además de dolor y frustración, también goce, amor, ideales, sentimientos elevados, ternura, piedad, fraternidad y carcajadas.

Los dioses o el azar fueron benevolentes conmigo y organizaron las cosas de manera que en el reciente festival literario del Hay, de Cartagena, y, por supuesto, gracias a la intermediación del ubicuo Juan Cruz, conociera en persona a Héctor Abad Faciolince.

Naturalmente, la persona estaba a la altura de lo que escribía. Era culto, simpático, generoso y conversar con él resultó casi tan entretenido y enriquecedor como leerlo. A los diez minutos de estar charlando con él en el Club de Pesca de Cartagena, bajo una luna llena de carta postal, algunas siluetas de roedores merodeando por el embarcadero y frente a un suculento arroz con coco, supe que sería un buen amigo y compañero para siempre, y que hasta el fin de nuestros días tendríamos en la agenda el tema de Onetti, que a mí me gusta mucho y a él lo aburre. Espero tener tiempo y luces suficientes para persuadirlo de que relea textos como El infierno tan temido o La vida breve y descubra lo cerca que está el mundo de Onetti del suyo, por la autenticidad moral, la maestría técnica que ambos delatan y la impecable radiografía de América Latina que, sin proponérselo, han trazado ambos en sus ficciones.

En las tres horas y media que demora el vuelo de Cartagena a Lima leí el último libro de Héctor Abad Faciolince: Traiciones de la memoria. Son tres historias autobiográficas, acompañadas de fotografías de lugares, objetos y personas que ilustran y completan el relato. La primera, Un poema en el bolsillo, es de lejos la mejor y la más larga, y, en cierta forma, un complemento indispensable a El olvido que seremos. En el bolsillo del padre asesinado en Medellín, el joven Abad Faciolince encontró un poema manuscrito que comienza con el verso: "Ya somos el olvido que seremos". De entrada, le pareció de Borges. Confirmar la exacta identidad de su autor le costó una aventura de varios años, hecha de viajes, encuentros, rastreos bibliográficos, entrevistas, andar y desandar por pistas falsas, peripecia verdaderamente borgeana de erudición y juego, una pesquisa que se diría no vivida sino fantaseada por un escribidor "podrido de literatura", de buen humor, picardía y abundantes alardes de imaginación.

Esta averiguación parece al principio un empeño personal y privado, una manera más para el hijo destrozado por la muerte terrible del padre, de conservar viva y muy próxima su memoria, de testimoniarle su amor. Pero, poco a poco, a medida que la investigación va cotejando opiniones de profesores, críticos, escritores, amigos, y el narrador se encuentra vacilante y aturdido entre las versiones contradictorias, aquella búsqueda saca a la luz temas más permanentes: la identidad de la obra literaria, sobre todo, y la relación que existe, a la hora de juzgar la calidad artística de un texto, entre ésta y el nombre y el prestigio del autor. Respetables académicos y especialistas demuestran desdeñosos que el poema no es más que una burda imitación y, de pronto, una circunstancia inesperada, un súbito intruso, pone patas arriba todas las certezas que se creían alcanzadas, hasta que las pruebas llegan a ser rotundas e inequívocas: el poema es de Borges, en efecto. Pero su valencia literaria ha ido modificándose, elevándose o cayendo en originalidad e importancia, a medida que en la cacería aumentara o disminuyera la posibilidad de que Borges fuera su autor. El texto se lee con fascinación, sobre todo cuando se tiene la sensación de que, aunque todo lo que se cuenta sea cierto, aquello es, o más bien se ha vuelto, gracias a la magia con que está contado, una bella ficción.

Esta historia y las dos otras -la del joven escribidor medio muerto de hambre y tratando de sobrevivir en Turín y el ensayo sobre los "ex futuros"- tuvieron la virtud de hacerme olvidar durante tres horas y media que estaba a 10.000 metros de altura y volando a 800 kilómetros por hora, sobre los Andes y la Amazonía, sensación que siempre me llena de pavor y claustrofobia. Está visto que me pasaré el resto de la vida contrayendo deudas con este escribidor colombiano.

© Mario Vargas Llosa, 2010

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2010

LECTURAS PARA OCTUBRE

AQUÍ ESTOY YO, PARA HACEROS MÁS LLEVADERA LA ESPERA DEL ACTA QUE NOS ESTÁ PREPARANDO ISABEL.

ESTE MES SE HAN RECOMENDADO MUCHOS LIBROS, AUNQUE LA MAYORÍA "NO SON DE REÍR", QUE ES LO QUE DE VERDAD ME APETECE, A PESAR DE QUE ALGUNA PALENTINA QUE YO ME SÉ ME TACHE DE CATETA. PERO LOS HAY VARIADOS Y LA MAYORÍA MUY APETECIBLES .


ELENA SE ACORDÓ DE MIS GANAS DE REÍR CON:

LOS HOMBRES DE WILMET, de Bárbara Pym
Una mujer que encuentra en la amistad de dos hombres la esperanza para su aburrida vida matrimonial. Wilmet Forsyth está casada con un funcionario más pendiente de su trabajo que de ella. Para salir del aburrimiento, decide asistir a las clases de portugués que imparte Piers Longridge, hermano de una de sus mejores amigas. Piers comienza a flirtear con ella, y Wilmet empieza a fantasear con un romance con Piers, a pesar de que nada parece concretarse. Wilmet comprenderá al enigmático Piers cuando conozca a Keith, su afeminado compañero de piso. Al trabar relación con Piers y Keith, Wilmet retomará su vida matrimonial con un entusiasmo renovado.

PERO TAMBIÉN LE APETECERÍA LEER ALGUNO DE Joyce Carol Oates, que no sea AVE DEL PARAÍSO (PARA LAS CURIOSAS LE DEJO LA RESEÑA TAMBIÉN)
Situada en la mítica ciudad de Sparta, en Nueva York, Ave del paraíso es una punzante y vívida combinación de romance erótico y violencia trágica en la Norteamérica de finales del siglo XX. Cuando Zoe Kruller, una joven esposa y madre, aparece brutalmente asesinada, la policía de Sparta se centra en dos principales sospechosos, su marido, Delray, del que estaba separada, y su amante desde hace tiempo, Eddy Diehl. Mientras tanto, el hijo de los Kruller, Aaron, y la hija de Eddy, Krista, adquieren una mutua obsesión, y cada uno cree que el padre del otro es culpable. Una clásica novela de Oates, autora también de La hija del sepulturero, Mamá, Infiel, Puro fuego y Un jardín de poderes terrenales, en la que el lirismo del intenso amor sexual está entrelazado con la angustia de la pérdida y es difícil diferenciar la ternura de la crueldad.

¿PODRÍA SER LA HIJA DEL SEPULTURERO?
En 1936, los Schwart, una familia de inmigrantes desesperada por escapar de la Alemania nazi, se instala en una pequeña ciudad de Estados Unidos. El padre, un profesor de instituto, es rebajado al único trabajo al que tiene acceso: sepulturero y vigilante de cementerio. Los prejuicios locales y la debilidad emocional de los Schwart suscitan una terrible tragedia familiar. Rebecca, la hija del sepulturero, comienza entonces su sorprendente peregrinación por la «América profunda», una odisea de riesgo erótico e intrépida imaginación que la obligará a reinventarse a sí misma. Joyce Carol Oates ha creado una pieza magistral de realismo mítico y doméstico, excepcionalmente emotiva y provocadora: un testimonio íntimo de la resistencia del individuo. En esta novela prodigiosa la violencia actúa como un faro iluminando una cultura y una época.

ÁNGELA PROPONE TAN VELOZ COMO EL DESEO, de Laura Esquivel
Ésta es la historia de Júbilo, un extraño personaje nacido con el don de la alegría y la capacidad de "escuchar" los sentimientos de las personas no expresados con palabras.
Júbilo percibe la unidad del universo y las interrelaciones que e
xisten entre todas las cosas, pero por eso mismo su vida será difícil e incomprendida...
Una gran novela de la autora de Como agua para ch
ocolate, llamada a convertirse en todo un acontecimiento literario.

Y FUERA DE VOTACIÓN NOS RECOMIENDA LA LECTURA DE ESTA COLECCIÓN DE RELATOS:


Madame de Treymes y otros relatos, de EDITH WHARTON
Pese a su Premio Pulitzer de 1920 por La edad de la inocencia y a la impecable versión cinematográfica que de la novela realizó Martin Scorsese, Edith Wharton es aún casi una desconocida para el lector español. Sus relatos constituyen un suculento muestrario de los méritos de esta escritora a la que insistentemente se ha comparado con Henry James. Aun admitiendo las innegables similitudes con el autor de Washington Square, la americana brilla con una prosa personalísima cuyas virtudes más destacables son sus hilarantes ironías y el hábil empleo de la elipsis. Sus relatos de fantasmas, recogidos en diversas antologías en español, son muy apreciados por los amantes del género. Sin embargo, se hace imprescindible conocer a Wharton en el ámbito costumbrista de estos deliciosos relatos que se leen sin que se desvanezca la sonrisa de los labios.

ADELA SE HA LEÍDO ESTE VERANO UN TOCHO QUE LE HA GUSTADO MUCHO:

HIJOS DEL ANCHO MUNDO, de Abraham Verghese
Mientras la India celebra su flamante independencia, la abadesa de un convento de carmelitas en Madrás hace realidad uno de sus sueños más audaces: enviar a África dos jóvenes monjas enfermeras con la noble misión de transmitir el amor de Cristo ayudando a mitigar el dolor de los que sufren. Siete años más tarde, en el modesto hospital Missing de Adis Abeba nacen dos varones gemelos, Marion y Shiva Stone. El hecho no tendría nada de particular si no fuera porque su madre es una monja que muere en el parto y su padre un cirujano británico que desaparece sin dejar rastro. Así, los primeros años de los hermanos Stone transcurrirán en el feliz microcosmos del hospital misionero, criados por un pequeño grupo de personas que, con escasos medios y recursos, se afanan en curar a los enfermos.
Dotado de las virtudes de los grandes novelistas del siglo XIX, el médico y escritor Abraham Verghese —de origen indio y criado en Etiopía—, ha escrito una historia apasionante que sigue a sus protagonistas a través de la India, África y América a lo largo de cinco décadas, creando así un gran fresco de un país desconocido para la mayoría.

Y UNO MENOS TOCHO: BUENOS DIAS TRISTEZA de Francoise Sagan. Ed. Tusquets
En una hermosa mansión a orillas del Mediterráneo, Cécile, una joven de diecisiete años, y su padre, viudo y cuarentón, pero alegre, frívolo y seductor como nadie, amante de las relaciones amorosas breves y sin consecuencias, viven felices, despreocupados, entregados a la vida fácil y placentera. No necesitan a nadie más, se bastan a si mismos en una ociosa y disipada independencia basada en la complicidad y el respeto mutuo. Un día, la visita de Anne, una mujer inteligente, culta y serena, viene a perturbar aquel delicioso desorden. A la sombra del pinar que rodea la casa y filtra el sol abrasador del verano, un juego cruel se prepara. ¿Cómo alejar la amenaza que se cierne sobre la extraña pero armónica relación de Cécile con su padre? A partir del momento en que Anne, que había sido amiga de su madre, intenta adueñarse de la situación, Cécile librará con ella, con el perverso maquiavelismo de una adolescente, una lucha implacable que, a pesar suyo, erosionará su vida y la conducirá lentamente al encuentro de la tristeza.

TAMBIÉN LE GUSTÓ LA MARAVILLOSA VIDA BREVE DE OSCAR WAO, de Junot Díaz (Mondadori, 2008)
Las tribulaciones de un joven latino en Nueva Jersey. La esperada novela de Junot Díaz. La vida nunca ha sido fácil para Oscar Wao, un dominicano dulce, obeso y algo desastroso que vive con su madre y su hermana en un gueto de Nueva Jersey. Oscar sueña con convertirse en un J.R.R. Tolkien dominicano y, por encima de todo, con encontrar el amor de su vida. Pero puede que nunca alcance sus metas debido a una extraña maldición presente en su familia desde hace generaciones; enviando a los Wao a prisión, predisponiéndolos a accidentes trágicos y, ante todo, al desamor. Después del éxito internacional de Los Boys (Mondadori, 1996), Junot Díaz recrea, con humor, la experiencia de los dominicanos en Estados Unidos y la capacidad de perseverar en medio del desengaño amoroso y la pérdida.

MARÍA NORTE manda vía Marga: FALTA ALMA de Javier García Sánchez:
Un enfermo de parkinson no quiere salir de su habitación porque no quiere relacionarse con el mundo, hasta que conoce una joven violinista que le devolverá la ilusión. María es la última baza de Leonor y Begoña, el par de solteronas que sufren las mortificaciones de su tío, anciano y enfermo de Parkinson. Aislado voluntariamente del mundo desde hace años, don Rafael posee un carácter agrio del que alardea con largas peroratas decimonónicas. Este viejo cascarrabias, bajito, orejudo y cabezón, que se consideró siempre director de orquesta frustrado, no da tregua a quienes le atienden. Con María, en cambio, surge una nueva situación: la afinidad musical de la cuidadora con el enfermo a través del violín les llevará a una profunda y hermosa amistad. Ahondando en las miserias de una dolencia degenerativa tan terrible, esta historia remonta hacia la lucidez y la esperanza gracias a las disertaciones de un octogenario melómano, tozudo y mordaz, que avanza con paso marcial y a los sones de una «Marcha» wagneriana contra lo más duro y denigrante de la enfermedad que consume su tempo. Muestras de humor cáustico salpican la trama de una obra que crece en emoción y ternura, exaltando el sentido de la belleza y del arte. Una invitación a la reflexión sobre un mundo apresurado y fútil al que a menudo le falta alma.


MARGA en su línea de últimas novedades (o rehabilitación de bibliotecas olvidadas)
LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE, de Camilo José Cela
La novedad de esta obra consistía en un argumento truculento, sórdido; abundante en escenas de violencia gratuita, narrado con un lenguaje que evoca el habla rural, pero al mismo tiempo muy cuidado. Es una novela que, aunque situada en una época imprecisa, fue capaz de reflejar el ambiente de pesimismo existencial que vivía la España de posguerra. En realidad, la visión del mundo subyacente en esta obra no estaba muy lejos del existencialismo francés o del neorrealismo italiano. Pero a diferencia de los autores existencialista, Cela optó por rehuir la ambientación contemporánea y recuperar la tradición realista española: la picaresca, el naturalismo, Pío Baroja y la novela social de los años treinta.

Y yo, en la misma línea e improvisando propongo PARÍS ERA UNA FIESTA, de Ernest Hemingway, actuación que cuenta con el apoyo de María Sur, que ha expoliado la biblioteca ilustrada de sus padres y está encantada
París era una fiesta, el primer escrito de Hemingway que vio la luz póstumamente, despliega el mítico panorama de la ciudad de París, la capital de la literatura americana hacia 1920. La obra es una mezcla fascinante de paisajes líricos y agudamente personales, con otros más contundentes y anecdóticos en torno a sus años de juventud en aquel encantado lugar en el que fue «muy pobre pero muy feliz», en un tiempo de ilusión entre dos épocas de atrocidad.

Diario del hombre y del escritor, crónica de una época y una generación irrepetibles, este texto alinea en sus páginas a figuras como Gertrude Stein, Ezra Pound, Scott Fitzgerald o Ford Madox Ford. El París cruel y adorable, poblado por la extraordinaria fauna de la «generación perdida» y sus precursores, el ideal de juventud para Hemingway, protagoniza este vivaz testamento tan entremezclado de realidad, deseo y remembranza que Manuel Leguineche prologa sin escatimar entusiasmo.


PILAR
EL OLVIDO QUE SEREMOS de Hector Abad Faciolince, ed. SEIX BARRAL
El médico Héctor Abad Gómez dedicó sus últimos años, hasta el mismo día en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de la igualdad social y los derechos humanos. El olvido que seremos es la reconstrucción amorosa y paciente de un personaje; está lleno de sonrisas y canta el placer de vivir, pero muestra también la tristeza y la rabia que provoca la muerte de un ser excepcional. Conjurar la figura del padre es un reto que recorre consagradas páginas de la historia y de la literatura. ¿Quién no recuerda las obras de Kafka, Philip Roth, Martin Amis o V. S. Naipaul sobre su verdadero o cuestionado progenitor? Ahora será también difícil olvidar este libro desgarrador de Héctor Abad Faciolince escrito con valor y ternura.

TIERRA, TIERRA, segunda parte de las memorias de Sador Marai. Ed. Quinteto
¡Tierra, tierra!, segunda obra autobiográfica de Sándor Márai tras Confesiones de un burgués, sitúa al lector como testigo directo de la agonía de la cultura europea, del proceso brutal de bolchevización emprendido por Rusia y de la indiferencia de Occidente hacia la suerte de cien millones de europeos deesa «periferia» que formaba el antiguo imperio austrohúngaro.

porque la primera parte son: CONFESIONES DE UN BURGUES
Emocionantes y conmovedoras memorias que nos trasladan a la vida cotidiana del siglo XX. Fruto de una vida intensa y viajera, las asombrosas páginas de estas memorias contienen la raíz de toda la obra del gran escritor húngaro: sus lecturas, su obsesión por escribir, su pasión por el periodismo, sus amantes, su matrimonio, los encuentros con autores célebres, el sentimiento de desarraigo y el fantasma del alcoholismo.


ISABEL
EL TIEMPO ENTRE COSTURAS, DE María Dueñas. Ed. Ed. TEMAS DE HOY
Una novela de amor y espionaje en el exotismo colonial de África. La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses convulsos previos al alzamiento arrastrada por el amor des bocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante en la que todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso la traición y el abandono de la persona en quien ha depositado toda su confianza. El tiempo entre costuras es una aventura apasionante en la que los talleres de alta costura, el glamur de los grandes hoteles, las conspiraciones políticas y las oscuras misiones de los servicios secretos se funden con la lealtad hacia aquellos a quienes queremos y con el poder irrefrenable del amor. Una novela femenina que tiene todos los ingredientes del género: el crecimiento personal de una mujer, una historia de amor que recuerda a Casablanca… Nos acerca a la época colonial española. Varios críticos literarios han destacado el hecho de que mientras en Francia o en Gran Bretaña existía una gran tradición de literatura colonial (Malraux, Foster, Kippling...), en España apenas se ha sacado provecho de la aventura africana. Un homenaje a los hombres y mujeres que vivieron allí. Además la autora nos aproxima a un personaje real desconocido para el gran público: Juan Luis Beigbeder, el primer ministro de Exteriores del gobierno de Franco.

ENTRE LIMONES, Chris Stewart
Entre limones es una de esas cosas raras y maravillosas: un libro divertido e intuitivo que encanta desde la primera página a la última… y es que alguien que, sin tener ni idea y sin pensárselo dos veces, se mete a reconstruir y llevar un cortijo en un rincón perdido de una sierra de España, claramente no puede estar haciendo nada malo. Chris nos transporta a Las Alpujarras, una excéntrica región del sur de Granada (España), y nos mete en una serie de contratiempos con una combinación simpática de granjeros y pastores campesinos, viajeros New Age y expatriados. El verdadero héroe del asunto, sin embargo, es el cortijo que él y Ana compraron: «El Valero» —un auténtico parche de montaña lleno de aceitunas, almendros y limones, asentado en el lado equivocado de un río, con ninguna vía de acceso, ni abastecimiento de agua ni electricidad. ¿Podría ofrecer la vida algo mejor?

LAS CENIZAS DE ÁNGELA, de Frank McCourt.
PREMIO PULITZER 1997. Premio del Círculo Nacional de Críticos Literarios. Premio Los Angeles Times. Libro del Año 1997 (ABBY). Más de 11.000.000 de lectores en EE.UU y Europa. Nº 1en las listas de bestsellers de todo el mundo. 50 semanas como libro más vendido en todas las librerías durante 1998. En este magnífico libro se narran los duros comienzos de una familia emigrante irlandesa, vista a través de un niño. Por ello, el lector se encontrará con grandes dosis de humor y compasión transmitidos a través de su autor, Frank McCourt. Es una extraordinaria obra donde Frank McCourt nos muestra el amor, la dignidad y el humor de una infancia marcada por el hambre, la muerte y el dolor.
Es un libro de memorias escrito en presente. La voz que se escucha en el libro, limpia de rencor y autocompasión, tiene la ancha serenidad de una mirada infantil. ANTONIO MUÑOZ MOLINA (El País Semanal) Si este libro no se convierte en un clásico, poco le ha de faltar. VICENTE VERDÚ (El País) No se publican tantos libros inolvidables, y por eso me permito recomendar éste. EDUARDO CHAMORRO (El Mundo)

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PERO EL GANADOR ES EL QUE PROPONE NUESTRA INVITADA, FÁTIMA
LAS HIJAS DE HANNA de Marianne Fredriksson:
En una fría habitación de hospital, frente al lecho de su madre que yace senil en el ocaso de la vida, Anna es consciente por primera vez de lo poco que conoce a su progenitora. Decide pues, valiéndose de unos diarios y unas fotos de familia, emprender un viaje hacia el pasado con la intención de descubrir los hechos más importantes que determinaron la existencia de Johanna y de Hanna, madre y abuela, en busca de esas señas ocultas, esos códigos secretos que, pasando de generación en generación, modelan nuestra identidad sin que apenas tengamos conciencia de ello. Y lo que empieza siendo pura curiosidad se transforma pronto en acuciante necesidad, pues Anna comprende que sólo así podrá reconciliarse con su pasado y encontrar la estabilidad que le permita solucionar los problemas que la aquejan. Con una inusitada capacidad de implicar al lector en los avatares de sus personajes, Marianne Fredriksson ha compuesto una bella historia acerca de los conflictos, sinsabores y alegrías de tres mujeres escandinavas –abuela, madre e hija– representativas de tres épocas muy distintas en la evolución de la historia europea contemporánea. Plena de sentimientos y confesiones que nacen de la introspección, Las hijas de Hanna es un intento sincero y valiente de romper esas barreras intangibles que, erigidas involuntariamente entre padres e hijos, son causa con demasiada frecuencia de un profundo sufrimiento moral.

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también hay una propuesta extra: Yo (Cristina) propongo que para cuando me toque invitar, que es en DICIEMBRE, leamos RAGTIME, DE E. L. DOCTOROW, invitando a Diego Carrasco para que nos explique su visión de la historia en la que se basa el libro y de la que él hizo un documental ¿os acordáis?: Stanford White (1853-1906) era uno de los más prestigiosos arquitectos de la época, construyó un rascacielos que era una interpretación simplificada de la Giralda. Su altura era mayor que el original, superando el centenar de metros y, en lugar del Giraldillo, estaba coronada por una Diana Cazadora, para la que sirvió de modelo una mujer muy bella, Mrs. Evelyn Nesbitt, mujer de un multimillonario llamado Harry Thaw, que mantuvo un apasionado romance con Stanford White. Era este un hombre muy aficionado a la buena vida y con merecida fama de playboy, lo que le ocasionaría no pocos problemas y acabaría prematuramente con su vida. La noche del 25 de junio de 1906, el restaurante que ocupaba la terraza superior de esta Giralda neoyorquina fue escenario de un crimen pasional que sería conocido entonces como “El crimen del Siglo”. Stanford White se encontraba cenando con su legítima esposa cuando recibió tres tiros en la cabeza por parte del ofendido marido de Evelyn que posteriormente fue exculpado por enajenación mental.

Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial se gestaron algunos de los movimientos que marcarían los grandes cambios sociales del siglo xx: la situación de los inmigrantes, las primeras huelgas obreras, la oposición de los negros contra la discriminación racial o el papel de la mujer en la sociedad.

La relación que los miembros de una misma familia de clase media mantienen con personajes históricos como la anarquista Emma Goldman, la bella Evelyn Nesbit, el financiero J. P. Morgan, Emiliano Zapata, Sigmund Freud o Henry Ford permite a Doctorow novelar la crónica de una periodo crucial de la Historia.

Premio Nacional de la Crítica
Medalla de la Academia Americana de las Artes y las Letras
Galardón Edith Wharton a la trayectoria literaria
Medalla Nacional de las Humanidades
Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza por La gran marcha.

"Ragtime funciona y lo hace de una manera tan fluida que el lector duda en analizar sus entresijos. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿cómo funciona? ¿Por qué esos cuadros históricos –mitad documentados, mitad inventados– parecen más veraces que la propia verdad? Y la respuesta, obvia, es que reflejan todo aquello que es significativo y dramático de la historia norteamericana de los últimos cien años. (…) Discurre tan bien, que se devora de una sentada, como el más convencional de los entretenimientos." The New York Times