domingo, 27 de enero de 2013

LOS NARRADORES

Vamos a seguir diseccionando los libros. Cuando abrimos una novela tenemos que creernos lo que nos cuenta. Si no, pondríamos en duda frases tan bonitas (e increíbles) como la que nos narra García Márquez, en Cien años de soledad, cuando muere José Arcadio Buendía:
“…tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro”.
Vale, las flores no caen del cielo cuando se muere alguien, pero ¿por qué no imaginarnos por un momento que pueda ocurrir?

También debemos tener claro que el autor habitualmente no es el narrador aunque se haga pasar por él, que puede utilizar personajes muy alejados de su forma de pensar o actuar y que no tiene por qué haber vivido las situaciones que aparecen en sus libros (¿os imagináis al escritor  de El Perfume asesinando vírgenes para dar mayor credibilidad a su obra?), aunque a veces cobran relevancia algunos aspectos autobiográficos, y son muchos los autores que no renuncian a hacer "cameos" en sus obras. En “Pabellón de reposo”, de Camilo José Cela, un tal C.J.C. firma muchas de las cartas que aparecen en la novela; el protagonista de “El castillo” de Kafka, aparece nombrado como “K”; Miguel de Unamuno es uno de los personajes de “Niebla”; el narrador de “El filo de la navaja” dice llamarse Somerset Maughman y en “Soldados de Salamina” el periodista que narra la historia curiosamente se llama Javier Cercas.

Para comentar un libro hay que analizar conjuntamente lo que el texto dice y cómo lo dice. Por eso hoy vamos a analizar a los NARRADORES.

NARRADOR OMNISCIENTE: es el tradicional. Su punto de vista no tiene límites: es estratégico. Se sitúa fuera del texto.  Actúa con conocimiento completo de todo: sentimientos, pensamientos, acontecimientos, situaciones... presenta a los personajes en  tercera persona y describe todo lo que estos ven, oyen, sienten... e incluso circunstancias en las que no hay presente ningún personaje. Es como un dios que penetra en los lugares más recónditos y  tiene el don de la ubicuidad espacial y
temporal, porque puede contarnos el pasado  y el futuro de todos los personajes, incluso cambiar de lugar para estar en dos sitios a la vez. O sea, con ellos los lectores sabemos más de la historia que los mismos personajes.

NARRADOR CUASI-OMNISCIENTE/ OBJETIVO / CINEMATOGRÁFICO: simplemente presenta a los personajes y el espacio-tiempo. Actúa como si fuese una cámara fotográfica, dejando a los personajes que hablen ellos mismos, que hagan y deshagan. Su punto de vista está restringido, ya que no conoce la realidad, no es omnisciente y no puede interpretar las emociones de los personajes. Utiliza la tercera persona.
Se diferencia del narrador testigo en que no es un personaje y, por tanto, no ha de estar presente en el desarrollo de la acción.

NARRADOR PROTAGONISTA:  El protagonista nos cuenta con sus propias palabras lo que siente, piensa, hace u observa. Cuenta su propia historia. La acción del relato es la historia de ese personaje y todos los demás existen a través de él. Su punto de vista está restringido, porque no conoce toda la realidad. En las autobiografías coinciden el autor y el narrador. Utiliza la primera persona. Si el narrador se limita a contar aquello que ve y hace, la narración será externa y objetiva. Si además emite sus pensamientos, sentimientos y  elucubraciones, la narración será interna y subjetiva.

NARRADOR PERIFÉRICO / SECUNDARIO: aunque es un personaje secundario,  interviene en la historia, en la acción. Utiliza la 1º persona para contar la vida del protagonista, que no es él. Ofrece ciertas dificultades para el autor: tiene que limitarse a lo que hacen él y el protagonista, pero tiene que tener cuidado de no contar cosas a las que no tenga acceso, porque si esto falla, fallará la novela, porque falla el punto de vista.

NARRADOR TESTIGO: Es un personaje secundario o un testigo de los hechos, que no participa directamente en la acción. Esta forma de narrar no da acceso a la vida interior del protagonista más que de una forma limitada. El narrador testigo no puede referirnos lo que piensan o sienten los personajes sino a través de sus gestos. Utiliza la primera persona en combinación con la tercera.

SEGUNDA PERSONA NARRATIVA: el narrador se dirige en un ficticio diálogo a un personaje ausente, al lector o a sí  mismo (monodiálogo). Pretende que el lector adopte las vivencias del narrador como suyas propias, y que se sienta en parte el protagonista de la historia.

1 comentario:

Maria-Norte dijo...

Me encanta.
Esto nos ayudará mucho en nuestros comentarios.
Gracias