lunes, 29 de octubre de 2012

Eva Díaz Pérez



  Eva Díaz Pérez ha ganado el XXIX Premio Unicaja de Artículos Periodísticos.

El artículo premiado se titula "Elogio de los viejos papeles", publicado
en el suplemento cultural de El Mundo, Papeles de la ciudad del Paraíso. Os copio el enlace para que lo disfrutèis:
 http://estaticos.elmundo.es/documentos/2012/10/18/ELOGIOVIEJOSPAPELES.pdf

¡Felicidades, Eva!

sábado, 27 de octubre de 2012

¿Romain Gary / Émile Ajar / Fosco Sinibaldi / Shatan Bogat?

Todos esos nombres tenía nuestro autor del mes.

Romain Gary (Roman Kacew), escritor y diplomático judío-ruso, nacionalizado francés (1914 - 1980).

Nació en Vilna, Lituania el 8 de mayo de 1914, como Roman Kacew. Aunque nació en tierras lituanas del Imperio Ruso era judío ruso y nunca habló lituano, sino ruso y yídish. Pasó su infancia con su madre en Vilna, cuando la ciudad pertenecía a Polonia Oriental con el nombre polaco de Wilno, en donde cursa estudios de violín y danza, sin el menor éxito. Más tarde viven en Varsovia (1925-1928), unos dos años y medio, en donde aprende polaco en la escuela, y a los trece años, en 1928, recala con ella en Niza, perfecciona la lengua francesa y decide ser escritor.

Dado que su padre biológico, un judío ruso, nunca lo reconoció, su madre le hacía pasar por hijo de Iván Mozzhujin, la estrella del cine ruso.

Combatió en las Fuerzas Armadas de Francia como piloto durante la Segunda Guerra Mundial y fue condecorado como Héroe de Guerra con la Cruz de Guerra por el general Charles De Gaulle; de esta experiencia escribió "Educación europea" (1945). Nombrado Caballero de la Legión de Honor y Héroe de la Liberación, entre otras condecoraciones públicas, tras concluir estudios de Derecho ingresa en la carrera diplomática, gracias a su poliglotismo, propio de muchos judíos expatriados provenientes de Europa del Este (hablaba y escribía correctamente francés, inglés, ruso y alemán, además de comprender polaco, español, italiano, lituano y yídish). Después de la guerra trabajó como diplomático hasta 1961. Nunca llegó a ser embajador, como quería su madre, debido, según decían sus allegados, a su vida algo bohemia.

Sus mejores amigos en París fueron los escritores Andre Malraux y Albert Camus, a quien frecuentaba en las oficinas de la editorial Gallimard.

Se casó con la escritora Lesley Blanch y años más tarde con la actriz americana Jean Seberg, con la que mantuvo la relación matrimonial hasta el suicidio de ella. Incluso después de su separación, Gary le pagó los tratamientos psiquiátricos y le regaló un piso en el centro de París, en donde la actriz vivió en compañía del único hijo de ambos, Alexandre Diego Gary Seberg (París, 1963), único heredero de ambos. El nombre español de Diego, según Romain Gary, se lo pusieron porque fue concebido en su residencia de veraneo en Palma de Mallorca.

Se suicidó el 2 de diciembre de 1980 en su apartamento de París.

Empleó los seudónimos Émile Ajar, Fosco Sinibaldi y Shatan Bogat. Es el único escritor en la historia que ha ganado dos veces el Premio Goncourt, la segunda vez con el seudónimo de Émile Ajar, hecho que generó una gran polémica en Francia, con connotaciones legales y que no se resolvió hasta poco antes de su suicidio. Gary se burló así de la alta cultura francesa y la crítica literaria más dogmática, que acusaba su obra de romántica y trasnochada y, sin embargo, celebraba la del tal Émile Ajar un supuesto escritor joven, genio desconocido al que alabaron sin saber que se trataba del mismo escritor: Romain Gary.

 Fue autor de unos treinta libros, novelas, relatos, ensayos y memorias, además de guiones de cine, medio en el que llegó a dirigir dos películas protagonizadas por su mujer, Jean Seberg. Su nombre figura en los créditos de una veintena de películas, telefilmes y series de televisión, en calidad de guionista, argumentista, director o actor.

Fruto de las relaciones culturales franco-judías se creó en Jerusalén un Centre Culturel Français Romain Gary de Jérusalem.
(de la Wikipedia)


ENLACES DE INTERÉS:
y una curiosidad, con una sopresa final:

martes, 23 de octubre de 2012

Convocatoria reunión asociación.

 PILILEBE DIJO...

La secretaria de esta santa asociación de Hoy Libro Dios quiera guarde muchos años y se ponga en marcha ya de una puñetera vez que el taller de escritura se me va a quedar oxidao en el cajón, convoca a las socias de la misma a la reunión mensual, día arriba día abajo, a celebrar el próximo miércoles día 31 de octubre en mi encantadora casa a las 7 p.m., si así lo creyeren pertinenente -prometo comprar Tónica para los gins- acompañadas de pastitas sin azúcar y alcohol con alcohol.
Esperando prontas noticias, se despide atentamente:

Vuestra querida e inconmensurable secretaria, elegida por amplia mayoría y sin hacer trampa.



P.D.
Se pide a la señora Adela que telefonee al señor Antonio Donoso quien está esperando su llamada hace muuuuuchos días.

EXPOSICIÓN Y CONFERENCIA

ESTE JUEVES 25 DE OCTUBRE, 
A LAS 8,30 DE LA TARDE 
SE INAUGURA UNA EXPOSICIÓN DE MIGUEL PÉREZ AGUILERA 
EN EL ATENEO DE MAIRENA, 
CON UNA CONFERENCIA DE PILAR LEBEÑA. 

c/ Juan Ramón Jiménez s/n - 41927 Mairena del Aljarafe 
A 10 minutos a pie del metro 
(parada Ciudad Expo) 
(de 18:00 a 23:00 horas)

La obra permanecerá expuesta hasta el 1 de diciembre.

 

sábado, 20 de octubre de 2012

INCIPIT-EXCIPIT

Ya tienes tu libro entre las manos, estás deseando sacarlo de la bolsa para empezar a leer. Pero mientras encuentras el momento, no puedes evitar abrirlo por la primera página para ver cómo empieza:
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...”

En estas pocas pero famosísimas palabras, Miguel de Cervantes nos pone en situación, con ellas conocemos dónde se desarrolla la acción, pero a la vez nos deja intrigadísimos por conocer qué narices pasó para que el narrador no quiera recordar el nombre del sitio por nada del mundo...

Pero ¿alguien sabe cuál es la última frase del Quijote? Pues es, ni más ni menos que: "Vale".


"...Y con esto cumplirás con tu cristiana profesión, aconsejando bien a quien mal te quiere, y yo quedaré satisfecho y ufano de haber sido el primero que gozó el fruto de sus escritos enteramente, como deseaba, pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando y han de caer del todo sin duda alguna. VALE".

Pues vale, hoy vamos a hablar de las primeras y últimas frases de las novelas. O para hacernos las interesantes, los INCIPITS Y EXCIPITS.

La primera frase (o INCIPIT, que viene del latín incipio: empezar) es un adelanto de la obra, el preludio de lo que va a venir después.

Para que sea buena, debe cumplir varias funciones:
  1. Informar (dando una leve idea del lugar, tiempo y personajes).
  2. Interesar (todo recurso vale).
  3. Establecer el contrato de lectura (anunciando el código con el cual se debe descifrar el texto o, dicho más sencillamente, el género).
Y todo eso, dicho con muy pocas palabras. Por lo tanto, es muy difícil e importante para el escritor acertar con ellas: tienen que dar el tono a la obra sin desafinar, y son la puerta por la que tienen que pasar todos esos pensamientos que han de guiar al lector por el mundo que le quiere mostrar.

Si acierta, enganchará definitivamente al lector, lo cautivará, lo intrigará y en muchas ocasiones será como un mazazo para provocarlo a no dejar de leer.

Hay autores que se piensan la primera fase casi tanto como el resto del libro, porque saben que de ella depende muchas veces que los lectores nos enganchemos a la lectura.

Y es que estamos muy mal acostumbrados, porque desde muy pequeños, incluso antes de saber leer, nos enseñaron que detrás de la frase “había una vez...” se abría un mundo de aventuras y fantasías.

“En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra”.

Las palabras que dan comienzo a la Biblia, nos introducen en medio de la acción, nos dicen quién va a ser el protagonista y cuál va a ser el escenario.

La primera frase de una novela no sólo es el picaporte que abre al lector la puerta del mundo imaginario al que entra con expectativa, es también el puente que permite al autor entrar en el relato. Siguiendo esta hipótesis, la mejor primera frase es aquélla que de un jalón mete al lector en el mundo imaginario; es la frase metáfora del tema y la historia por venir; la que te dice como si fuera un acertijo de qué se trata el juego en el que entras.

Algunos de los autores que acertaron con estas primeras frases redondas son:

Juan Rulfo, PEDRO PÁRAMO.
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo".

Albert Camus, EL EXTRANJERO.
“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer”.
Esta frase con la que el protagonista nos introduce en la novela, define a la perfección la personalidad del extraño narrador que nos va a contar su historia, se nos anuncia el relato en primera persona pero también la mirada despojada, distante, con la cual el personaje contempla el mundo -y su absurdo- durante todo el libro.

Franz Kafka en LA METAMORFOSIS casi nos cuenta una historia entera:
“Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró convertido en un monstruoso insecto”.

Henry Miller, TROPICO DE CAPRICORNIO.
“Una vez que has entregado el alma, lo demás sigue con absoluta certeza, incluso en pleno caos”.

J. D. Salinger, en El GUARDIAN ENTRE EL CENTENO, hace que el protagonista se dirija directamente al lector, y nos dice mucho del tono que tendrá el resto de la obra.
“Si realmente quisieran saberlo, lo primero que probablemente quieran saber es dónde nací, y qué tan mala fue mi infancia, y que mis padres estaban ocupados antes de tenerme, y toda esa basura al estilo David Copperfield, pero si quieren la verdad, realmente no quiero comentarles ese tipo de...”

Samuel Beckett, MALONE MUERE.
“Pronto, a pesar de todo, estaré por fin completamente muerto”.

Mario Vargas Llosa, PANTALEÓN Y LAS VISITADORAS.
“Despierta Panta -dice Pochita-. Ya son las 8. Panta, Pantita, Pantela”.

Algunos autores nos dan pistas del pasado, presente y futuro del protagonista, lo que no hace más que aumentar nuestra curiosidad.

Gabriel García Márquez comienza CIEN AÑOS DE SOLEDAD así: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”

Y Dickens nos pone en situación en HISTORIA DE DOS CIUDADES diciendo:
“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad de la sabiduría, era la edad de la estupidez, era época de fe, era época de incredulidad, era estación de Luz, era estación de Oscuridad, era primavera de esperanza, era invierno de desesperanza, teníamos todo ante nosotros, nada teníamos frente a nosotros, todos iríamos al Cielo, todos iríamos directo por el camino inverso –en suma, el período era tan parecido al presente, que algunos de sus más ruidosas autoridades insistían en declararlo sólo en términos superlativos-”.

Pero tan importante como el principio es poner el punto y final a la historia, porque en algunos casos puede cargarse la trama que el autor ha ido desarrollando a lo largo de muchas páginas. Dos son los requisitos que precisan los finales: que nos den algo que no olvidemos y a poder ser, que no esperemos. Hay finales abiertos, que nos dejan con ganas de saber más de los personajes que han ocupado nuestro tiempo, finales felices, melancólicos, trágicos, previsibles... en fin, como la vida misma.

Hemingway escribió 47 finales para ADIÓS A LAS ARMAS hasta decidirse por éste: "Pero después que las hice salir, después de cerrar la puerta y apagar la luz, comprendí que todo era inútil. Era como si me despidiera de una estatua. Transcurrió un momento, salí y abandoné el hospital. Y volví al hotel bajo la lluvia.". Todos comparten la desazón y zozobra que acompañan al protagonista a lo largo de la obra.

Algunos autores son tan maestros en abrir sus obras, como en poner el punto y final. Gabriel García Márquez, empieza EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA, diciéndonos: “Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaban siempre el destino de los amores contrariados”,  y la acaba: “Porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Vladimir Nabokov, en LOLITA, pone en boca de su protagonista, el capicúa Humbert Humbert la primera frase:
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: La punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta." Lolita...
y también la última: “Estoy pensando en auroras y ángeles, el secreto de pigmentos durables, sonetos proféticos, el refugio del arte. Y esta es la única inmortalidad que tu y yo compartiremos, Lolita mía”.

Javier Marías termina con contundencia su novela "Mañana en la batalla piensa en mí": "Adiós risas y adiós agravios. No os veré más ni me veréis vosotros. Y adiós ardor, adiós recuerdos".

Y después de este paseo por las primeras y últimas frases, estamos preparados para adentrarnos de lleno en la lectura de la obra escogida, en la localización y contexto de obra y autor, en el tipo de narradores, en la búsqueda de sentimientos y pensamientos universales, en la estructura, en el espacio y tiempo, en los personajes… y sobre todo, y por encima de todo lo anterior, en el placer  que nos reporta una lectura gratificante.

Y ahora... ¿cuál es vuestro INCIPIT-EXCIPIT PREFERITI?

fdo. El dúo Lalalá (la Marga y la Cristi)

jueves, 18 de octubre de 2012

ACTA CENA OCTUBRE



Sea ésta la manera cipionesca, amigos: que hoy os cuente lo de anoche y los trances por donde he venido al punto en que ahora me hallo, y si mañana estuviéreis con habla, comentad vosotras; porque mejor será gastar el tiempo en contar las propias que en procurar saber las ajenas vidas... Y si os cansare lo que os fuere diciendo, o me reprehendéis o mandáis que me calle.

¿Que qué os diría de lo que vi y oí en el Macuro y de las cosas exorbitantes que en él pasaron?
Pues que… si como organizadora oficial, que no de hecho, y levantadora de este acta, fuera como Andrés, tendría, como él con los pecados, que inventarme la primera parte, ya que llegué con retraso y, ya puesta a inventar, hacer lo mismo con la segunda e imaginar conversaciones y falsos comentarios para evitar el halago excesivo y sobre todo para evitar que alguien pueda sentirse mínimamente aludido… aunque algunos ya lo han hecho incluso a pesar de que la “elegancia suprema” de su porte nada tenga que ver con la talla bajita con la que al parecer fuera concebido en sus principios.

Pero es ineludible la hora de escribir con la verdad por delante, o al menos la que yo creo, y agradecer en primer lugar la magnífica organización de "mis colaboradoras en el terreno". Así pués cuando llegué a la taberna, o mejor dicho, al estupendo reservado que tienen enfrente, y por donde se respira arte desde sus paredes hasta en la mesa, me encontré con José Luis Rodríguez del Corral, el autor de Blues de Trafalgar, más que bien acompañado por Cristina, Ángela, Mª del Mar y su invitada Pilar, Elena, Rocío, Marga, Adela y Pililebe. Con mi llegada (María Sur) sólo nos falta el periodista. Llega enseguida Diego (Carrasco) Arce, saludos y bienvenida.



Sobre la mesa libro de actas nuevo, decorado por nuestra ilustrísima ilustradora y la Amandita de plata con la que obsequiamos a José Luis. También el regalito que él nos hace a nosotras, un magnífico ejemplar para cada una de lo que dice fue un sueño, aunque por lo vívido tiene sus dudas.
A Diego, como es repetidor y ya tiene separador, le regalamos una bonita libreta donde promete ir recopilando ideas que luego nos mostrará… ¿Se estará “trabajando” ya otra invitaciooón?

Cristina nos regala a todas el cuento de La Chaqueta Embrujada que se cita en nuestro libro.


Con José Luis: De librero y padre precoz a escritor maduro, de las experiencias y pasiones con las que uno documenta una vida frente a la frialdad de un documento, de premios y editoriales, de los argumentos y creación en cine y literatura, de la caracterización de los personajes, de la generosidad de los lectores... generosidad a veces interesada, intencionada, a veces, incluso traicionera.
Interesada e intencionada esa “lectora” que compone una bella estampa leyendo bajo el sol londinense sentada en un banco. Como traicioneras esas otras que bajo la luna sevillana regalan alfileres de plata, clavándolos en el pecho de la santa esposa de un pobre viudo mientras alguien ahoga penas en un café rubio aromatizado con lúpulo.


Unanimidad en los comentarios acerca del libro. A todas nos ha gustado su lenguaje, la descripción de ciertos entornos, fenómenos y situaciones, que no por conocidos dejan de sorprender, precisamente por la sencillez con que los escribe; las idas y venidas en el tiempo, con un presente atormentado que intenta olvidar lo que no se puede, el pasado. Un pasado, por cierto, y errores al margen, de sol y rebeldía, y de callejeo y azoteas conocidas, que a muchas ha hecho evocar aventuras y desventuras de juventud. Mención aparte merece nuestra queridísima palentina, la más sevillana de todas.

Y por supuesto, unanimidad, pero ya en los peticomiteses, sobre la simpatía y agrado de autor y prota-denunciador, que hicieron de la reunión un rato muy especial, divertido e interesante y si a ello unimos el entorno y complementos culinarios bien podríamos hablar de una velada “sumamente elegante” (no sé que pensará Arce).

Se suceden las conversaciones, se mezclan, cuéntalo tú que lo sabes mejor que yo, se forman corrillos, se opina sobre los prototipos, se calla… y en el aire queda la pregunta ¿destino o azar?. Y por más que intentemos respondernos, habrá que recordar siempre que esta duda no nos exime de la responsabilidad y que hay heridas que efectivamente sólo curan con sal. Tal vez por ello “lo blues” de la novela aunque bien podría ser una “levantera” en toda regla.

Y es que releyendo ahora ya con calma el primer párrafo del libro, y pensando en la magnífica descripción que hace del levante en él, da la sensación de que describe exactamente lo que muchas hemos podido sentir al leer la novela: ha llegado hasta mí de improviso, arrastrando todo lo que no está bien sujeto, despertando mi conciencia a golpes…¿cómo enfrentarme a ella a corazón abierto?.

La noche acaba y yo he apurado con demasiadas prisas y corriendo los mismos kilómetros, “literalmente”, que recorría en tiempos la Banda de los Cuatro, por eso tal vez alucino…o ¿será el levante “que moviliza a los dementes y trastorna a los cuerdos”? –juro que no ha sido la goma, costo o chocolate, en todo caso la exquisita crema de remolacha con queso- pero… decidme, decidme, ¿sabéis vos si anoche fueron ciertas, o no, las arenas de la playa sobre la mesa y las voces, digo bien voces, de unos perros "ejemplares” que hablaban con orejitas de la suerte y vestían chaquetas embrujadas?


Próximo libro: pendiente.
Próxima cena: miércoles 14 de noviembre. Organiza Adela. Invito yo.

ENCUESTA: 6 VOTOS
5 MUY BIEN / 1 BIEN 

miércoles, 17 de octubre de 2012

LECTURAS PARA NOVIEMBRE

Ya sé que habíamos elegido "Tan fuerte, tan cerca", de Jonathan Safran, para el mes de noviembre. Pero me he dado una vuelta por esos mundos del "internete" y cada vez me da más pereza (a pesar de que lo tengo en mi mesilla de noche). Las críticas, en la mayoría de los casos, son desfavorables.


Así que... ¿por qué no nos saltamos a piola las normas y elegimos uno nuevo?

en el batiburrillo de anoche se me olvidó decirlo (¡cómo os ponéis cuando vienen hombres!!! ¡ayy, señó, señó!)  


La pena, es que tuvimos anoche un excelente ex-librero, y no le pedimos recomendaciones... LO INVITO DESDE AQUÍ, SI NOS LEE, A QUE NOS RECOMIENDE UN LIBRO ACORDE A NUESTRA IDIOSINCRACIA.



De todas formas os pongo la sinopsis para que lo discutamos:


TAN FUERTE, TAN CERCA, de Jonathan Safran
Oskar Schell es un niño de nueve años muy especial, dotado de una aguda sensibilidad y de un talento versátil, que, tras perder a su padre aquel 11 de septiembre de 2001, encuentra entre los enseres del difunto un sobre con la palabra «Black» escrita en el dorso y una llave en su interior. Inmediatamente el pequeño decide que esa llave resolverá el misterio del último día de su padre, explicará por qué estaba en las torres, cuál fue el motivo de su muerte. Empieza así la peculiar e insólita odisea de Oskar por la herida ciudad de Nueva York en busca de todas las personas, lugares u objetos relacionados con el misterioso sobre. Al tiempo que el fantasma de su padre se dibuja en la telaraña de Manhattan, se iluminan también los orígenes de Oskar y la historia de sus abuelos, huidos de Dresde durante la Segunda Guerra Mundial. En Tan fuerte, tan cerca Jonathan Safran Foer consigue convertir la tragedia en misterio, y al contar los secretos de un hombre cuenta la historia del siglo XX. «La segunda novela de Jonathan Safran Foer es todo lo que uno esperaba que fuera: ambiciosa, pirotécnica, intrigante y extraordinariamente conmovedora. Un logro excepcional.» SALMAN RUSHDIE La opinión del editor: Tras la celebrada Todo está iluminado, Jonathan Safran Foer lleva a cabo en su segunda novela la primera recreación literaria del atentado de las torres gemelas y supera incluso la hondura y la originalidad de su opera prima.

ÁNGELA RECOMENDÓ:
LA VIDA ANTE SÍ, de Romain Gary:
Con La vida ante sí, Romain Gary obtuvo, bajo el seudónimo Émile Ajar, su segundo Goncourt, un honor único ya que este premio solo puede concederse una vez. Una vieja prostituta judía, superviviente de Auschwitz, regenta en el barrio parisino de Belleville una casa donde crecen los hijos no deseados de las prostitutas. Momo es uno de ellos. A través de su mirada infantil, con grandes dosis de ironía y ternura, el lector descubre el mundo sórdido que le rodea y la decrepitud de la mujer que le ha hecho de madre.


¡QUÉ CURIOSO! ¡LOS DOS ESTÁN ESCRITOS POR NIÑOS! NO SÉ SI ES QUE ESTAMOS MATERNALES O JUVENILES A MÁS NO PODER...

ROCÍO PROPONE: "elegía para un americano", de Siri Hustvedt (para las cotillas: es la mujer de Paul Auster)
Erik Davidsen alquila una parte de su casa a una ilustradora jamaicana, Miranda, de la que poco a poco se enamora, al tiempo que anuda una amistad con su pequeña hija Englantine.
Erik tiene una hermana muy próxima, Inga, y los dos viajan al Medio Oeste para aclarar un episodio oscuro de la adolescencia de su padre. Erik trata en su consulta a distintos pacientes mientras él mismo sigue su propia terapia.
“Lo que fue nunca nos abandona”, leemos aquí a las pocas páginas, y ciertamente esta frase (que podría haber escrito Hawthorne) marca la tonalidad de la presente novela. Siri Hustvedt en efecto nos habla en esta historia de heridas abiertas, de comportamientos ocultos con efectos retardados, y de traumas inconfesados que es mejor encarar para tirar adelante con los mínimos lastres. El protagonista de la narración en primera persona es Erik Davidsen, un psicoanalista de 1,95 de altura, divorciado, con casa y consulta en Brooklyn, pero nacido en Minnesota de inmigrantes noruegos. La trama coge cuerpo a partir de tres focos de interés: Erik acaba de perder a su padre, y entre los abundantes papeles que éste deja, halla una enigmática nota que le remite a una zona de su vida desconocida, y que ahora querrá penetrar. Erik tiene una hermana muy afín, Inga, viuda de un escritor célebre que le ha dado una hija. Este escritor sin embargo también escondía un pasado insospechado, que hay que afrontar. El tercer vector viene trazado por Miranda y Englantine, una jamaicana y su hija de 5 años, que pasan a ser inquilinas de Erik en su propia casa de dos plantas, y con las que éste establecerá una cálida relación. Hustvedt maneja el contrapunto de los tres hilos y, con el telón del ataque a las Torres Gemelas en sordina, desgrana los avatares de unas vidas dislocadas, que gravitan aún sobre los secretos que han dejado los muertos queridos, y que sólo gracias a potentes catarsis emocionales pueden reemerger con un horizonte esperanzado


MARGA, RIZANDO EL RIZO, SUGIERE: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido en la tierra natal de escritor. Cuando empieza la novela, ya se saber que los hermanos Vicario van a matara a Santiago Nasar -de hecho ya le han matado- para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento en que Santiago Nasar. El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar el destino de los supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, a pesar de que conoce el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan cargada de fascinación que las eleva hasta las fronteras de la leyenda.

Y uno más, propuesto por Pilar:
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio G. Iturbe:
Esta novela está inspirada en la historia real de Dita Dorachova, una niña checa de 14 años que es llevada junto a su familia al campo de concentración de Auschwitz y que se convierte, gracias a su empeño y valentía, en la celosa guardiana de los únicos libros que existían en el infierno nazi. Exquisitamente documentada –el autor se ha entrevistado en varias ocasiones con la octogenaria en la que se basa la protagonista– y emocionante hasta llegar a las lágrimas, la épica historia de la niña que arriesgó su vida para mantener viva la magia de los libros llegará al alma de muchos lectores. 

domingo, 14 de octubre de 2012

LECTORA CON ARTE DE OCTUBRE

El viento del levante ha soplado con furor este mes entre nosotras, y dicen las malas lenguas que eso vuelve un poco locos a los que lo sufren. La arena se mete por cualquier resquicio y no te puedes ocultar porque siempre encuentra tu escondite. En este grupo lo conocemos bien, porque hay algunas gaditanas de nacimiento o de corazón.


Es octubre, hace tiempo que los bañadores descansan en nuestros armarios, pero aún así, no nos han hecho falta, y al son del "Blues de Trafalgar", sin un equipaje especial nos hemos bañado en pelotas en la playa de Zahara, aliviando la resaca de una noche con amigos, hemos paseado por preciosos jardines londinenses, y hemos vuelto a sentir la sensación de la juventud universitaria de pisos de estudiantes, fiestas en las azoteas, porritos, cervecitas en el Salvador y fiestas de la primavera... ¡ah, juventud, divino tesoro!

Pero la madurez llegó pronto, demasiado pronto. Unos maduran mejor que otros, y en el camino se van dejando sus valores, su conciencia, y su tipito angelical.


Creo que el tiempo ha sido más benévolo con nosotras, y a pesar de nuestro estado ruinoso económicamente hablando, o gracias a eso, nos queda todavía un poco del espíritu de la juventud -y a algunas su tipito angelical-. No hemos subido a golpe de tacón de aguja (de hecho, algunas todavía no hemos subido), y creo que no perdemos la voz a no ser que nos quedemos afónicas por algún exceso. Sé de lo que hablo, porque he estado toda la semana mudita. Pero claro, después de esta lectura queda en el aire una pregunta... ¿y yo qué habría hecho? ¿cuál sería mi precio? Difícil respuesta. 
"Los fantasmas no están fuera de nosotros, en los lugares donde injustamente los situamos, sino en nuestro interior, por donde arrastran sus cadenas" (109)
Mientras escuchamos las cadenas arrastrándose en nuestro interior e intentamos acallarlas, podemos ir buscando nuevas historias. Historias de lectoras con arte o el arte de las lectoras.  

Cuando José Luis llega a Phoenix Garden sorprende a una lectora ocupando su banco preferido: "componía una hermosa estampa: la lectora", y quiso escribir sobre ella "en una especie de homenaje a todas las personas que cuando hace un poco de buen tiempo salen con sus libros a leer" (73)

Nosotras también sacamos todos los meses a leer al sol del blog a una lectora, y nos ponemos en su piel por un ratito. Cuando leí este párrafo supe cuál era la apropiada:
"Su cuerpo delgado, frágil, de líneas imprecisas como si no estuviera acabado todavía... después, mientras reposaba en la cama, confundido y exhausto, se levantó para inspeccionar mis libros, en un acto tan íntimo como el que acabábamos de ejecutar porque ella no ignoraba que eran las páginas de mi alma las que abría en mi biblioteca. Desnuda, al contraluz de la tarde que se marchaba a otros cielos, leía en voz alta frases subrayadas y olvidadas hacía días, meses o años que sonaban en su voz ronca y fresca como una nueva vida, como si acabaran de nacer y sólo hubieran existido para ese momento... También revolvió mis cosas, como si todo lo que había allí y yo mismo fuéramos suyos. Dejé que hiciera lo que quisiera y me levanté para poner música y servir dos copas de vino, aunque ella prefería cerveza. Leyó la carta que había dejado por descuido abierta sobre la mesa del estudio..." (90)

Es esta lectora de Albert Marquet

Un pintor nacido en Burdeos en 1875. En 1890 se trasladó a París para acudir a la Escuela de Artes Decorativas, donde conoció a Henri Matisse. Fueron compañeros de habitación durante un tiempo, y se influyeron mutuamente. Marquet comenzó sus estudios en 1892 en la École des Beaux-Arts con Gustave Moreau, un artista simbolista que era seguidor de la tradición romántica de Eugène Delacroix.

En estos años, Marquet expuso pinturas en el Salón de los Independientes. Aunque no vendió muchas pinturas, la comunidad artística de París tomó conciencia de su obra. Sus primeras composiciones se caracterizaban por un acercamiento claro y pictórico fauve, en el que tenía un buen control del dibujo y respondía a la luz, no sólo intensificando los tonos más fuertes, sino también viendo los más débiles en términos coloristas.

En 1905 expuso en el Salón de Otoño donde sus cuadros se expusieron junto a los de Henri Matisse, Maurice de Vlaminck, André Derain, Othon Friesz, Georges Rouault, Raoul Dufy, Henri Manguin, Georges Braque, Louis Valtat y Jean Puy.

Consternados por el intenso colorido de estos cuadros, los críticos reaccionaron llamando a estos artistas «fauves», o lo que es lo mismo, bestias salvajes. Aunque Marquet pintó con los fauves durante muchos años, usaba colores menos intensos y violentos que ellos, y enfatizó los tonos menos intensos mezclando complementarios, pero siempre como colores, y nunca como grises.

A finales de 1907 permaneció en París y se dedicó, junto a Henri Matisse, a pìntar una serie de vistas urbanas. La diferencia fundamental entre los dos es que, mientras Matisse usaba colores fuertes, Marquet prefería amarillos mates, violetas apagados o azules. El negro lo utilizaba normalmente como un contraste violento a los colores claros, para formas como troncos de árboles desnudos o gente dibujada de forma caligráfica. Otra diferencia es que Marquet usó una aproximación a la perspectiva tradicional, aunque sus colores y composiciones constantemente se referían al rectángulo y cortaban su plano con su caligrafía.

Desde 1907 hasta su muerte, Marquet alternó entre trabajar en su taller en París y en muchas partes de la costa europea, y en el Norte de África, sobre todo a Argelia, Argel y Túnez. En sus viajes pintó el mar y los barcos, pero también las luces y la animada vida de la ciudad.

Pintó unos pocos retratos, y entre 1910 y 1914 una serie de desnudos en prostíbulos, y preparó la ilustración de una obra sobre amantes lesbianas.

Hasta el final de sus días, fue uno de los amigos más cercanos de Matisse, y discutían la obra de cada uno de una manera muy franca. Su muerte fue inesperada y repentina, de un ataque de vesícula biliar y el cáncer que posteriormente se descubrió, para el que por aquel entonces no había terapia. Murió en París el 14 de junio de 1947.

Y ahora, te toca a ti imaginar la vida de esta lectora, y como dijo nuestro protagonista: "Cuéntalo como si fuera una mentira, sólo así se puede decir la verdad".


sábado, 6 de octubre de 2012

¿LAS APARIENCIAS ENGAÑAN?


El juego de las frases de la página 56 me ha llevado a sentir más curiosidad por el continente de los libros que leemos además de por el contenido. No me preguntéis por qué, el camino ha sido largo, intrincado y difícil de explicar. Una cosa te lleva a otra, y esa te arrastra a otra diferente...

El resultado es que llegué a cuestionarme cuántas veces la apariencia de una portada, o de un título, nos lleva a comprar un libro sin saber nada de su contenido. Si nos dejamos llevar por esas apariencias, a veces acertamos y otras no. Yo descubrí a un escritor que me encantaba, y del que no sabía nada, porque me gustó una portada que me llamó a voces desde un puesto de la feria del libro antiguo y de ocasión. Sin embargo estuve años sin comprar "El guardián entre el centeno" porque no me gustaba nada la portada. Otras veces me ha pasado lo mismo con el título de un libro, y me encandiló el contenido. O al revés. Porque los libros, como todo en la vida, también nos atraen o nos repelen por la primera imagen que tenemos de ellos. Hay flechazos que te salen ranas y ranas que se convierten en príncipes azules.

Y me pregunté: 

¿LAS APARIENCIAS (LITERARIAS) TAMBIÉN ENGAÑAN?

Así que me he decidido a diseccionar un libro de cabo a rabo. A ver cuánto de azar y cuánto de premeditación y alevosía hay en cada una de sus partes.

Empecemos por el envoltorio.

El primer contacto que tenemos con un libro es su TÍTULO. Supongo que los escritores se enfrentarán a él como nosotras cuando tuvimos que ponerle el nombre a nuestros hijos. Es algo que lo acompañará mientras viva y que tendrá que estar en consonancia con su personalidad. No es de extrañar que autores y traductores le dediquen tanta atención, ya que es la puerta de entrada para un mundo lleno de expectativas al que nos acercamos con deseo -o sin él-.

Los editores están enterados del tirón que puede suponer un título atractivo, y no dudan en modificar el original e imponer al autor uno que consideran más comercial, porque… ¿quién no ha pecado más de una vez y ha comprado un libro únicamente por las buenas vibraciones de su título?

Tras estas reflexiones investigué. Hay casos muy curiosos. Algunos autores siempre titulan sus libros siguiendo una pauta; por ejemplo, Vargas Llosa acostumbra a utilizar dos elementos: La tía Julia y el escribidor, Pantaleón y las visitadoras, La ciudad y los perros… Juan Carlos Onetti se inspiraba en nombres de óperas o canciones: El caballero de la rosa, La vida breve, La muerte y la doncella… Algunos autores podían llegar hasta límites insospechados, como el escritor argentino Abelardo Arias, que ponía siempre títulos construidos con 13 letras: De tales cuales, Polvo y espanto, Álamos talados… Otros los eligen concisos y cortos, para darle al lector únicamente una pista de lo que se va a encontrar dentro: Guerra y paz, 1984, Lolita, Los miserables... 

Aunque la mayoría busca frases contundentes:
"Crónica de una muerte anunciada"
"Sueño de una noche de verano"
"Cien años de soledad"
"El corazón de las tinieblas"
"Prohibido suicidarse en primavera"
"Los árboles mueren de pie"
"El coronel no tiene quien le escriba"
"Un tranvía llamado deseo"
"24 horas en la vida de una mujer"
"La importancia de llamarse Ernesto" 
"Un día perfecto para el pez plátano"
"El rastro de tu sangre en la nieve"
“La soledad era esto”
“La soledad de los números primos”
“Veinte poemas de amor y una canción desesperada”

También los hay que parece que no se resignan a resumir su libro en una o dos palabras, y les ponen un título largo y extraño buscando la manera de engancharnos y no dejarnos escapar, como aquel que leímos en uno de nuestros cumpleaños: “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey”, o “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”...

Pero ese título, cuando acudimos a la librería a por él, va acompañado de una imagen en la PORTADA. Su diseño es lo que hace que nos decidamos a comprar un libro, entre los miles que llenan los estantes de una librería, sin saber nada de su contenido. Puro marketing, como casi todo. Las grandes editoriales tienen buenos diseñadores y las demás se apañan como pueden, lo que sí es verdad es que cada vez se cuidan más. Hay editores extremadamente cuidadosos con sus cubiertas, a las que convierten en imagen de su marca editorial, haciendo que sus libros sean reconocibles entre los cientos que pueblan las librerías. Es cierto que hay portadas muy bonitas que esconden una lectura poco agraciada y otras que, sin llamarnos especialmente la atención, guardan en su interior narraciones sublimes.

Pero hay cosas que no pueden faltar en una buena portada. Lo normal es que el título sea grande y fácil de leer. Algunas utilizan fotos, o cuadros, que sugieran el contenido del libro, en otras se realizan ilustraciones especiales, creadas únicamente para el libro del que se trata.


J.D. Salinger se pasó su vida escondido de los medios de comunicación. Pocos sabían si estaba vivo o muerto, y mucho menos qué cara tenía. Por eso no es de extrañar que pusiera una curiosa condición a los editores de “El guardián entre el centeno”, una de las obras más vendidas de todos los tiempos: no permitía que la editorial aportara en su material promocional ningún tipo de texto adicional, información biográfica, cita o reseña relacionados con esta obra, obligándolos a que fuera una sosa y poco atrayente portada blanca con unas letras rojas a gran tamaño. Quería que quien comprase la obra lo hiciera por su contenido, y no por técnicas de marketing.
Pero... en cuanto murió la editorial pudo cambiarla. El diseñador Manuel Estrada demostró en su rediseño un gran respeto por el autor, limitándose a poner unos tipos de imprenta levemente manchados de rojo... como si fuera el negativo de la anterior.

Una vez que hemos dado el visto bueno al título y portada le damos la vuelta al libro, y nos fijamos en la CONTRAPORTADA. Si es que hemos llegado hasta aquí y esta nos gusta, somos firmes candidatos a pasar por caja. En ella van a intentar despertar nuestro interés  y nuestra curiosidad, proporcionando un comentario sobre la obra no muy extenso y lo suficientemente atractivo como para que no podamos pasar sin leer el libro. Se suele resaltar alguna frase que sirva de gancho y que aluda a lo que aparece en el interior: amor, suspense, humor… Lo normal es que el comentario sea verídico y se ajuste al contenido de la obra, pero de todo hay en la viña del señor. Normalmente, en la contraportada no suele aparecer la biografía del autor, reservando la solapa para este fin, aunque sí se incluye su nombre y algún aspecto relevante como otros títulos publicados, premios recibidos o breves reseñas favorables aparecidas en medios de comunicación.

Y ahora, entre todas, podemos seguir ampliando esta entrada... ¿cuál es la portada que más os gusta? ¿Son siempre las sinopsis de la contraportada ajustadas a su contenido? (siempre recordaremos la que nos leyó Elena de su libro "Tía Julia y el escribidor") ¿hay alguna primera frase que os haya enganchado a un libro?

Fdo: el dúo LA LA

CENA FUNERAL POR LA CULTURA

lunes, 1 de octubre de 2012

ya tenemos sitio para la cena

El día 16 estamos citadas a las nueve en la taberna Macuro (C/ Rosario Vega nº 10, triana) para que Pilarica no tenga que hacer noche en ningún hotel del extrarradio.


Tenemos varios deberes:
1º. Ángela tiene que confirmar si viene Diego
2º. ¿Quién tiene el libro de actas? hace meses que está perdido
3º. La tesorera se tiene que sacar del canalillo 60 euretes (de momento)


ASISTENTES
  1. EL ESCRITOR 
  2. EL PERSONAJE
  3. MARGA
  4. MARÍA SUR
  5. PILAR
  6. ÁNGELA
  7. ROCÍO
  8. CRISTINA
  9. MARIA DEL MAR
  10. SU INVITADA
  11. ELENA
  12. ADELA