miércoles, 29 de agosto de 2012

AQUÍ HAY TOMATE




Los lectores tendemos a idolatrar a los escritores que nos sorprenden y nos permiten soñar, viajar, reír…y sentir. 

Pero los escritores también pecan. De envidia, de vanidad, de celos.

 Algunos son prudentes y callan, pero otros no tienen reparo en mostrar su lengua viperina. 
 
¿Y qué mejor mes que Agosto para traer cotilleos al blog? 







 Aquí va una selección de puñaladas traperas entre literatos:


Avellaneda llamó a Cervantes, en un prólogo que llegó a ser atribuido al propio Lope, “agresor de sus lectores”, “manco”, “viejo” y “murmurador”.

Esta es una de las lindezas de Lope de Vega para Cervantes: “De poetas, no digo: buen siglo es éste. Muchos están en cierne para el año que viene, pero ninguno hay tan malo como Cervantes ni tan necio que alabe a Don Quijote”. Incluso llegó a llamarle “cornudo” en un soneto de 1605.

En respuesta a las múltiples críticas de Lope a Cervantes, este último hizo alusiones con carácter despectivo en el prólogo del Quijote en el que habla del tono pretencioso existente en las obras de Lope. 

Quevedo y Góngora se propinaron continuos insultos a través de la poesía. Góngora no soportaba que un escritor más joven que él pudiera hacerle sombra. Por su parte, Quevedo humilló a un Góngora arruinado comprando su casa y obligándole a desalojarla.

Félix María Samaniego se enojó muchísimo cuando su hasta entonces amigo Tomás de Iriarte publicó sus fábulas, que eran descritas en el prólogo como “las primeras fábulas originales en lengua castellana”. Samaniego escribió parodias de un poema de Iriarte (La música) entre otros libelos, que recibieron respuesta igualmente combativa por parte de su rival. 

En 1899 el novelista Manuel Bueno le propinó un bastonazo al escritor Ramón María del Valle Inclán que le provocó la amputación del brazo izquierdo. 

 Pío Baroja  escribió sobre Miguel de Unamuno:
"Unamuno no hubiera dejado hablar, por gusto, a nadie. No escuchaba. Le hubiera explicado a Kant la filosofía kantiana, a Poincaré lo que era la matemática, a Planck su teoría de los quanta y a Einstein lo de la relatividad..."

 


Algunos prefieren la acción: García Márquez tras pasar por los puños de Vargas Llosa
 
El diario “Visión” de Lima contó así un incidente entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez en 1976: “Terminada la proyección, el autor de Cien años de soledad se acercó al peruano con la aparente intención de abrazarlo. Para su sorpresa (y la de todos) fue recibido con un tremendo golpe de puño que lo derribó con la cara totalmente bañada en sangre. ¿Qué había ocurrido? Las palabras con que Vargas Llosa rubricó su puñetazo, no contribuyeron a aclarar las cosas: "¿Cómo te atreves a querer abrazarme -dijo- después de lo que hiciste a Patricia en Barcelona?". Patricia es la esposa de Vargas Llosa pero... ¿qué podría haberle hecho García Márquez para provocar reacción tan violenta?
La respuesta, al parecer, la tenía el cronista Juan Gossain, del diario El Heraldo, de Barranquilla, Colombia. Según el mencionado periodista, todo comenzó cuando Vargas Llosa, apasionado por una bella modelo norteamericana, abandonó a su esposa e hijos durante varios meses. Frente a esta situación, García Márquez le aconsejó a la esposa de su colega que tratara de legalizar la separación conyugal en vista, más que nada, de la situación de sus hijos. Comenzaron los trámites... y sobrevino la reconciliación. Y sucedió lo que tenía que suceder: charla va, charla viene, la señora de Vargas Llosa le contó a su marido lo que le había aconsejado García Márquez.

 Javier Marías se ha burlado en varias ocasiones de Andrés Trapiello, la última vez a propósito de la reescritura del Quijote por parte del leonés.

 Cela menospreciaba a los narradores jóvenes y también a los homosexuales, y eso le valió severas críticas de Terenci Moix, Antonio Gala, y un manifiesto con más de 200 firmas de escritores, actores y editores recriminando sus comentarios.

 Cela fue uno de los autores más odiados de las letras españolas: hace ya algunos años, el librero Inocencio Ruiz enseñaba a quien se lo pidiese un documento donde Cela se ofrecía como delator durante el franquismo. No ayudó a congraciarle con la sociedad literaria la  manifestación de Cela de  que “El Cervantes estaba lleno de mierda”, lo cual no le hizo renunciar al galardón.

En el año 2000, Juan Marsé dijo en una entrevista: “distingo entre narradores e intelectuales, y otros que ni son narradores ni intelectuales, que solo escriben pura cháchara y retórica, como Cela, que es un plúmbeo”. 

También sobre Camilo José Cela, Miguel Delibes aseguró que "si hay un género para el que esté peor dotado es para la novela. Tres peligros le amenazan: el amaneramiento a que puede conducirle una excesiva complacencia estética; las concesiones escatológicas, y los pujos de erudición que lastran algunas obras".

De Ana María Matute, Delibes opina que su obra está "falta de humor, sombría, propensa a la adjetivación cromática, precoz y excepcionalmente prolífica. Tímida, retraída y pueril, reserva toda su potencia vital para las cuartillas... Se ha anclado en la infancia y llena todos sus escritos, bien con aventuras de infancia o bien con nostalgia de la niñez perdida". 

Luis Goytisolo, "contrariamente a su hermano Juan, que se ha iniciado en la novela con un castellano torpe y desaliñado, Luis sorprende por su madura prosa, con un castellano excelente", dice Delibes, que critica a José María Gironella sus "limitados recursos expresivos", aunque "con loable tesón, va venciendo libro tras libro.

Otro de los escritores más guerrilleros fue Umbral. Criticó ferozmente a José Luis Sampedro, cuando le ganó el sillón de la Academia, a Francisco Ayala, “nunca he entendido el prestigio literario de este autor”, dijo, y no perdió la  oportunidad de meterse con quien se le antojara; uno de los escritores que más le detestaba a Umbral  fue Juan Marsé, que dijo que escribía “una prosa sonajero”. 

Una referencia de Umbral al estilo de Pérez-Reverte le ocasionó una iracunda respuesta de éste, criticando su obra de principio a final,”, aludiendo al “sexo turbio que impregna sus novelas”. Y se despachó a gusto el padre de Alatriste: “A todo eso añade una proverbial cobardía física, que siempre le impidió sostener con hechos lo que desliza desde el cobijo de la tecla. Pero al detalle iremos otro día. Cuando me responda, si tiene huevos. 

 Max Aub tampoco se  escapó de la lengua de los comentarios de Umbral: "Max Aub era un señoruco que ni siquiera era español, sino un viajante de comercio suizo que llegó a España y se quedó. Su prosa es la que puede esperarse de un viajante de comercio suizo."

José Manuel Caballero Bonald dijo que la novela de César Vidal era “ideológicamente detestable”; éste le agradeció “el favor”. 

César Vidal –que ha recibido numerosos dardos desde diversos frentes- también es un maestro de la crítica o del insulto. Dijo en HERALDO acerca de Ian Gibson: “Gibson no ha sido nunca un historiador, no se puede hacer historia sólo con entrevistas personales y material de hemeroteca. La última vez que coincidí con él mendigaba subvenciones por los pasillos para poder acabar una biografía de Machado en la que debe estar trabajando”.

Vicente Huidobro dijo que Pablo Neruda “escribe una poesía fácil, bobalicona, al alcance de cualquier plumífero. Es la poesía especial para todas las tontas de América”.
Mark Twain dijo en detrimento de Jane Austen: “Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearle el cráneo con su propia tibia”.

Faulkner dijo que "Hemingway jamás ha utilizado una sola palabra que pudiese mandar al lector en busca de un diccionario” , a lo que éste contestó:
"Pobre Faulkner. ¿De veras cree que las grandes emociones surgen de las grandes palabras? ¿Cree que no conozco las palabras altisonantes? Las conozco de sobras. Pero hay palabras más viejas y más simples, y ésas son las que uso."
 
William Faulkner también largó de Henry James: "La viejecita más encantadora que he conocido nunca."
Y, para terminar, alguna lindeza más…
Bill Hirst sobre Francis Bacon:
"Aparentemente alguien intentó lo de las máquinas de escribir y los monos, intentando obtener las obras de teatro de William Shakespeare, y todo lo que consiguieron fue la obra completa de Francis Bacon."

 Thomas Carlyle sobre Johann Wolfgang Goethe:
"Goethe es el genio más grande que ha existido en un siglo, y el imbécil más grande que ha existido en tres."

Samuel Butler sobre Thomas Carlyle:
 "Dios fue muy bueno al permitir que Carlyle y la señora Carlyle se casaran el uno con la otra, y así hacer que dos personas fueran infelices en lugar de cuatro."

“Me parece una mala escritora simple y llanamente, y llamarla escritora es darle cancha. Ni siquiera creo que Isabel Allende sea escritora, es una escribidora”. (Roberto Bolaño)

“Eché una mirada a un par de sus libros (de Roberto Bolaño) y me aburrió espantosamente”. (Isabel Allende)

 “Ya ha salido la nueva novela del jovencito Martin (Otra gente). La encontré dura de roer”. (Kingsley Amis, su padre)

“Todo es tan gris e incómodo (en los libros de Samuel Beckett) que al final parece que sufre constantes malestares de vejiga, como le pasa a la gente mayor cuando duerme”. (Vladimir Nabokov)

“¿Benedetti? Ughs”. (Rodrigo Fresán)

Borges ha perdido tanto el tino que ahora está escribiendo… un sainete. ¡Imagínense de (sic) cómo saldrá eso!”. (Roberto Arlt)

Truman Capote ha hecho del mentir un arte. Un arte menor”. (Gore Vidal)

“El señor Henry James escribe narrativa como si fuese una obligación desagradable”. (Oscar Wilde)

“Lo que hace (Jack Kerouac) no es escribir. Es mecanografiar”. (Truman Capote)