jueves, 29 de marzo de 2012

TEATRO. DE RATONES Y HOMBRES

Lope de Vega. Sevilla
Del 28 a 31 marzo 2012
20,30 h


'De ratones y hombres'
Of Mice and Men 

Novela escrita por John STEINBECK, ganador del premio Nobel de literatura en 1962.
Publicada en 1937, cuenta la trágica historia de George Milton y Lennie Small, dos trabajadores de rancho errantes, a lo largo de la California de la Gran Depresión.
Una tragedia moderna que se desarrolla en los años treinta del pasado siglo: inestabilidad de los mercados, elevadísimas tasas de paro, trabajo precario, despidos, desahucios, enfrentamientos raciales por las migraciones de las personas en busca de una vida mejor. ¿Os suenaaaa?

Está basada en las propias experiencias de Steinbeck como vagabundo durante los años 20 (antes de la llegada de los Okies que describió vividamente en Las uvas de la ira).

Steinbeck utilizó un verso del poeta escocés del siglo XVIII Roberto Burns para componer el título de su famosa novela, que más tarde él mismo convertiría en una obra de teatro alentado por el éxito inmediato que obtuvo su publicación.

En el poema “To a mouse, on Turning Her Up in Her Nest with the Plough”, que se podría traducir como “A un ratón, al deshacerle el nido con el arado”, el escritor se encuentra emocionalmente herido por lo que acaba de hacer, destruir el nido a un ratón mientras ejecutaba sus propias tareas. Se disculpa con el pequeño animal y sucumbe ante el hecho de que la misma desgracia le puede ocurrir a él en cualquier momento. A él y a sus planes, cualesquiera que fueran. Por un momento, cree verse como un ratón ante la arbitrariedad de la existencia, pero se da cuenta que el diminuto animal no podría tener tanto sufrimiento ya que no tiene un pasado que lo abrume ni un futuro que lo angustie.

Uno más eres de los desdichados
que ven todos sus planes anulados:
del hombre y del ratón quedan truncados,
los proyectos mejores,
¡y en vez de los éxitos anhelados,
nos quedan sinsabores!
Mas ¡bien estás comparado conmigo!
Es el presente tu único enemigo:
pero ¡ay! ¡yo miro hacia atrás y veo, amigo,
un sombrío camino!
Y, si miro adelante a oscuras sigo,
porque miedo me da cuanto adivino.


.
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miércoles, 28 de marzo de 2012

LA CENA DE ARENAS MOVEDIZAS


Quedamos a cenar en El Abuelo. Nos vimos Cristina, Marga, María Sur, María del Mar, Pililebe y su invitada Trini. No pudieron estar con nosotras Angela y Rocío


Nuestra Pili, que siempre viene muy bien acompañada, fue penalizada a llevar un kimono durante toda la cena por no haber leído el libro ¡qué suerte¡, aun así nos amenizó con uno de sus últimos éxitos La mudanza: una olla expres y un ramo de flores, un apasionante relato de aventuras, que nos hizo desternillarnos de risa.

Rocío como no pudo asistir nos envió una misiva excusando su ausencia pero, no se, no se... espero estés mejor, un beso de todas.

ESTUPOR Y TEMBLORES, como el título de la novela de Amelie Nothomb, eso es lo que nos ha causado la lectura de Arenas Movedizas. Creo que nunca un libro ha provocado más unanimidad en nuestros comentarios.

A pesar de las recomendaciones y del interés que le hemos puesto no hemos sabido encontrar en esta lectura ningún aspecto que nos atraiga, quizás, como dice Rocío en sus notas, hemos llegado a tener un pelín de curiosidad morbosa por el desenlace.

Fue una cena tranquila y, aunque sin orden, pudimos escucharnos todas, porque todas pensábamos lo mismo: nos ha costado una barbaridad meternos en la historia, solo nos enganchamos cuando aparece un tercer personaje, Watanaki, en la relación entre Mitsuko y Kakiuchi, los personajes son planos, las historias son tan inverosímiles como infantiles a la par que rebuscadas, el supuesto estilo esteticista del autor se nos ha revelado por una, entendemos, nefasta traducción, en fin un desastre.

Podría repetir todos los comentarios de la cena pero no me siento capaz. Como conclusión, parece que no tenemos suficiente mentalidad japonesa para entender Arenas Movedizas.

Próxima lectura: El Vino de la Soledad, de Irene Nemiroski
Lo siento, no anoté el día de la próxima cena, pero creo que quedamos el miércoles después de semana santa

miércoles, 21 de marzo de 2012

DEL 22 AL 25... ¡AVERÍA!


Dirección: Blanca Portillo
Con Daniel Grao, Blanca Portillo, Fernando Soto, José Luis García Perez, Asier
Etxeandía y José Luis Torrijo.

“Una avería en su flamante Studebaker color cereza, obliga a Alfredo Traps, Representante General de una firma de textiles, a acepta la hospitalidad de un anciano caballero que vive solo con su ama de llaves, en una casa perdida en mitad de la nada.”

Horarios: 20,30 h. Domingo: 19,30 h.
Precios: De 21,00 € a 4,00 €

miércoles, 14 de marzo de 2012

NOS VEMOS EL MARTES 20 EN EL ABUELO

Y me he puesto,
y me he puesto,
y sí lo he conseguido
CONQUE resulta que sé, si tenéis vuestros kimonos planchados os espero en El Abuelo a las 9.

CONQUE seamos 10 estaremos muy a gustito

¡QUÉ CASUALIDAD! (2)

HOY ABRO EL GOOGLE ¿Y QUÉ ME ENCUENTRO?



martes, 13 de marzo de 2012

¡QUÉ CASUALIDAD!

Festival Cultural de Japón en Sevilla

 Del 17.03 al 18.03 en el Casino de la Exposición

Exposiciones de artesanía, pintura y otras obras de arte japonés. Casino de la Exposición
- Día 17: de 11:00 a 19:00 horas.
- Día 18: de 11:00 a 15:00 horas.
Espectáculos de tambor japonés, danza japonesa clásica y otras actividades. Teatro Lope de Vega
- Día 17: de 20:00 a 22:30 horas.
- Día 18: de 12:30 a 14:30 horas.

jueves, 8 de marzo de 2012

LECTURA CON ARTE UKIYO-E

Uno de los lujos de la lectura es que puedes dar la vuelta al mundo en 80 libros sin moverte de tu sillón de orejas (¡qué antiguaaaaaa!). Y la prueba está en que nosotras, por un módico precio, sin maletas ni puente aéreo, hemos pasado en poco tiempo de Suecia a Madrid, de Madrid a Argelia y de allí a Lima, y ahora, sin jet lag ni nada que se le parezca, atravesamos océanos y nos vamos a la otra punta del mundo, al Extremo Oriente en menos que canta un gallo. "Kikirikii yatamo aki en Osakaaa" que diría Kristiuchi.

Del equipaje sacamos los sutiles camisones de seda de Lucrecia para que nos quepan, bien dobladitos, los coloristas kimonos (también de seda) de Kakiuchi y Sonoko. Y vivimos otra historia de amor prohibido.

Poco a poco nos vamos familiarizando con palabras nuevas. ¿Sabíais que los kimonos tienen forma de letra? Es la letra "pola", y tienen el escote en "tita" y amplias mangas. La faja con la que se anudan en la cintura se llama "obi". Y las sandalitas con las que se calzan son las "geti" o "zori". Y ellas, como los alemanes de la costa del sol, llevan las sandalias con calcetines blancos, los "tabi", aunque los suyos separan el dedo pulgar del resto de los dedos porque más que sandalitas son chanclas. ¡La de cosas que se aprende viajando! Hasta la Enkuestuki está bilingüe este mes ¡es más cosmopolita ella!

Pues ya que estamos tan impregnadas del espíritu japonés que hasta andamos con pasitos cortos, me he puesto a buscar alguna lectora con el suficiente arte para inspirarnos este mes.

¡Aki Tá! En realidad nuestra protagonista es la lectora más difícil de nuestra pinacoteca, porque ella está en esa postura tan rara, inclinada sobre la barandilla de su balconcillo, porque quiere leer con un espejito y el mayor disimulo la carta que la otra tiene entre sus manos (¿o será el otro?... que me perdonen los japoneses, pero con tanto kimono y con tanto moño una se confunde). 

¡No me digáis que esta estampa japonesa no es ideal para este mes! ¿ake sí? ¡ta keni pintá pa Kakiuchi! 


Pues es obra de Kitagawa Utamaro (h. 1753 - 1806) un pintor de estampas japonés, considerado uno de los mejores artistas de los grabados ukiyo-e ("pinturas del mundo flotante" o estampa japonesa). Se le conoce especialmente por sus magistrales composiciones de mujeres, conocidas como bijinga. También hizo estudios de la naturaleza, que plasmó en unos preciosos libros ilustrados de insectos.

Y como un cuadro te lleva a otro cuadro, su obra (y la de otros pintores japoneses) inspiró a los impresionistas, tanto que en algunos de los cuadros de Manet o Van Gogh aparecen sus estampas de fondo, colgadas en la pared.

Sobre su vida se sabe poco, y hay varias versiones.

No se sabe si nació en Edo (Tokio), Kioto, Osaka, o en una ciudad de provincias, de la que nadie está seguro, alrededor de 1753... vamos, que pudo nacer en cualquier lado ¿no?. Una tradición afirma que nació en Yoshiwara, el distrito cortesano de Edo, hijo de la dueña de una casa de té, pero no hay evidencia de ello. Su nombre auténtico era Kitagawa Ichitaro.

Se acepta que fue alumno del pintor Toriyama Sekien cuando era un niño, aunque otros dicen que era su hijo, vivía en su casa mientras crecía, y su relación duró hasta la muerte de Sekien en 1788. En principio, Sekien fue formado en el estilo aristocrático de la escuela Kanō de pintura japonesa, pero cuando era de mediana edad, empezó a cultivar la escuela popular, o ukiyo-e. Tuvo otros alumnos, ninguno particularmente distinguido.

Utamaro, junto a otros japoneses de la época, cambió su nombre al crecer, y también asumió el nombre de Ichitaro Yusuke cuando envejeció. Aparentemente se casó, aunque se sabe poco de su esposa, y aparentemente no tuvo hijos.

Su primer trabajo profesional, a los 22 años, fue la cubierta de un libro de kabuki, bajo el nombre artístico (gō) de Toyoaki. Después produjo grabados de actores y guerreros, junto a programas de teatro y otros materiales semejantes. En la primavera de 1781, cambió su gō por el de Utamaro, y comenzó a pintar y diseñar grabados de mujeres.

Sobre el año 1783, fue a vivir con el joven impresor Tsutaya Juzaburo, con quien estuvo unos cinco años. Parece que fue artista principal de la firma Tsutaya. Produjo esporádicas estampas, porque se dedicó principalmente a la ilustración de libros de kyoka, (literalmente 'verso loco'), una parodia de la forma clásica llamada waka.

Alrededor de 1791 Utamaro dejó de ilustrar libros y se concentró en los retratos femeninos. En 1793 logró reconocimiento como artista, y acabó su acuerdo con Tsutaya Juzaburo.

Hizo estudios de naturaleza y shunga, o erótica. En 1797 murió Tsutaya Juzaburo, y Utamaro se entristeció mucho por la pérdida de su amigo y protector. Algunos comentan que su obra posterior nunca llegó a las alturas previas.

En 1804, en la cúspide de su éxito, tuvo problemas legales por publicar grabados sobre una novela histórica prohibida. Los grabados, titulados "Hideyoshi y sus 5 concubinas", representaba a la esposa del caudillo militar Toyotomi Hideyoshi y sus concubinas; fue acusado de insultar la dignidad de Hideyoshi, y sentenciado a pasar 50 días esposado. Esta experiencia lo dejó marcado y acabó su carrera como artista.

Murió dos años después, el vigésimo día del noveno mes de 1806, a los 53 años, en Edo.

sábado, 3 de marzo de 2012

LECTURA DEL MES

Junichiro Tanizaki nació en Tokyo, Japón, el 24 de julio 1886, y falleció el 30 de julio de 1965 en Yugawara.

Fue colaborador de la revista Literatura de Mita, rebelándose en sus relatos contra la escritura naturalista del grupo literario Shirakaba. Influido por escritores como Edgar Allan Poe y Oscar Wilde y el simbolismo francés, publicó su primer cuento, El tatuador, en 1910.

Su obsesión con Occidente y la confrontación de lo tradicional y lo moderno en Japón, junto a cierta obsesión por lo erótico y sensual, caracterizó sus obras. Hay quien prefiere las ortigas (1929), que muestra el conflicto marital, representa en su esencia el propio matrimonio del autor, trasladándose más hacia la tradición estética japonesa clásica en novelas como Relato de un ciego (1931) e Historia de Shunkin (1933). Su fijación por la modernidad occidental se transformó gracias a su descubrimiento y traducción de la novela japonesa de Murasaki Shikibu, el Genji Monogatari, tendiendo desde entonces a la investigación de las formas clásicas de la literatura nipona.

ARENAS MOVEDIZAS
La narradora de "Arenas movedizas" es Sonoko Kakiuchi, una mujer joven de Osaka.

Al principio de la novela vive confortablemente con su marido Kotaro, y asiste a clases de arte en una escuela local de mujeres. En cierto momento, circulan por la escuela rumores de que Sonoko está teniendo un romance lésbico con otra estudiante, la hermosa joven Mitsuko.

Sonoko descubre su atracción por Mitsuko, aunque apenas la conoce, y comienza a forjar una amistad con ella. Muy pronto, Sonoko invita a Mitsuko a su casa para que pose desnuda y hacerle un dibujo. Mitsuko accede, pero insiste en cubrirse con una sábana. La tensión sexual llega a un punto máximo cuando Sonoko le arranca la sábana, sellando así su amor. Las dos comienzan una ardiente relación.

Después las cosas se complican con la llegada de Watanuki Eijiro, que en algún momento había sido novio de Mitsuko. El afeminado e impotente Watanuki revela que Mitsuko tenía la intención de casarse con él, pero que ahora se niega a menos que permita que su relación con Sonoko continúe. Sonoko empieza a comprender que Mitsuko los ha estado manipulando a los dos, pero está demasiado enamorada como para dar marcha atrás.

Mientras tanto, el marido de Sonoko, Kotaro, se ha enterado de su relación con Mitsuko. Él trata de poner fin a la misma, pero Sonoko no se deja convencer. Tras algunos encuentros casuales, Kotaro cae bajo el hechizo de Mitsuko también, e intenta acercarse a ella.

CRÍTICA DE LA NOVELA
OTRA

FRA ANGÉLICO



Con “Arenas movedizas” pisándonos los talones, cerramos “Elogio de la madrastra” volviendo con la Anunciación de Fra Angélico al calor del hogar, a la belleza clásica, a lo evidente (¿tendrá razón Juan José Millán y necesito apoyarme en tres pilares para ocultar una situación un tanto engañosa?).

Don Rigoberto, tras ser rey de Candaules, privilegiado pastor testigo de la voluptuosidad de Diana, inductor de las veladas afrodisíacas de Venus, bestia dotada de un inquietante sex-appeal y receptor de los efluvios de un laberinto embriagador, se nos presenta ahora bajo la personalidad de arcángel mensajero. Es cierto que no le asoma ningún pelillo por la nariz y que luce unas impecables alas, pero no acabo de reconocer en él a nuestro Rigoberto. Posiblemente se sirva de ese disfraz para colarse en el pórtico de María y llevarla con más facilidad al huerto; o para acercarse a sus amigas Raquel, Deborah o Judith, mucho más ligeritas de cascos que ella.

Por otro lado, me cuesta creer que María aparezca de repente en la historia así, sin más. Podría ser una fantasía recurrente que recupera ahora el anodino gestor de seguros y que permanece oculta mientras éste tiene compañía porque, claro, habría sido muy fuerte haberle escuchado decir unos capítulos antes: “Lucrecia, cariño, no te molestará que esta noche te llame María, ¿verdad? No tiene importancia, es que me pone la sirvienta del vecino, esa que tiene cara de virgen y que se ruboriza cada vez que paso a su lado”. No, no habría estado bien. Me inclino a pensar que María siempre ha estado ahí, con una misión incendiaria en tiempos de crisis.

En fin, que todo tiene una segunda lectura y nada es lo que parece. Tras mi alegría inicial al ver a una mujer con un libro en el regazo, recordé que los chicos de “Engranajes culturales” nos advirtieron de que en la época en que se pintó este cuadro las mujeres no leían, sino que rezaban. Así que, hermanas, a rezar, a rezar mucho.


FRA ANGÉLICO.
"Nunca levantó el pincel sin decir una oración ni pintó el crucifijo sin que las lágrimas resbalaran por sus mejillas” dijo de él Giorgio Vasari en su libro “Vida de los mejores pintores, escultores y arquitectos”.
El Beato Angélico, más conocido como Fra Angélico (Vicchio di Mugello (Florencia) 1390 c. – Roma 1455), combinó la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Fue llamado Angélico por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. Utiliza colores brillantes para representar sentimientos espirituales, intentando integrar el humanismo cristiano con las características artísticas del siglo XV. Ha sido considerado por la crítica especializada un artista indudablemente religioso, capaz de pintar visiones celestiales de gran espíritu místico. Esta traducción del imaginario divino hábilmente combinada con su maestría técnica, ha contribuido a que sea reconocido hoy en día como uno de los más relevantes pintores florentinos del segundo cuarto del siglo XV.
En 1436, los dominicos de Fiésole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Fra Angélico, sirviéndose a veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores.

Aunque, Fra Angélico realizó otras versiones de la Anunciación (como la que se encuentra en el Museo del Prado), se considera este fresco de Florencia que aparece en “Elogio de la madrastra“ la versión más emotiva del Angélico, por su íntima y desnuda unción” (M. Olivar)


Fue beatificado por Juan Pablo II en 1982 pasando a ser el "Beato Fra Angélico".

jueves, 1 de marzo de 2012