sábado, 18 de septiembre de 2010

¿se puede morir una biblioteca?

Yo creo que no, que una biblioteca nunca muere, a no ser que la mate un incendio, un terremoto o algo así. Pero de muerte natural no. Puede morir su dueño, y entonces los libros se reparten y viven otras vidas. Algunos, los más preciados, esos que guardan recuerdos entre sus páginas, los que están adornados con ilustraciones o con la firma del autor, pasan a formar parte de las bibliotecas de personas cercanas al difunto. Otros, los anodinos, seguramente irán a librerías de viejo para comenzar un ciclo en otras manos que quizás los valoren más. A los más viejos, los más estropeados, los que tienen las páginas onduladas de salitre como el mío de Steinbeck, los herederos los tirarán a un contenedor de papel para que se hagan un lifting-regenerationtotal y salgan con otra cara (claro que los pobres pueden salir con cara de extracto bancario, pero eso es otra historia).
Y diréis, queridas amigas, que por qué narices estoy yo tan metafísico-literaria pensando en la muerte de los libros... pues os lo voy a contar ya que me lo preguntáis:

¡ha muerto mi* ebook!
*(Bueno, sí, vale, lo diré antes de que me lo diga otra: era el ebook de mi Eli, pero lo tenía yo en usufructo intensivo)

Los mil y pico libros que almacenaba en sus entrañas no podrán ser leídos a menos que me compre otro (o le deje la tarjetita en herencia a María Norte). Porque ni mi economía ni mis estanterías me permiten comprármelos en formato papel. El necrológico suceso ocurrió así: el otro día, sin venir a cuento, cuando todo prometía un ratito de feliz lectura, la pantallita empezó a desdibujarse, las letras se iban deformando en unas feísimas rayas verticales que ni entornando los ojos se leían. Poco a poco se puso la pantalla grisácea... Lo apagué y pensé que a la mañana siguiente, por arte de magia, se arreglaría solito... ¡ilusa!... ¡hasta hoy!. He hecho todo lo que ponía el libro de instrucciones para casos de urgencia, me he metido en foros de internet para ver si a alguien le había pasado lo mismo, he escrito un SOS a la empresa... Nada. No tiene arreglo. Y como yo tampoco lo tengo, he perdido el ticket que sería su única salvación (y la mía).



Estoy desolada. No paro de cantar por los rincones esa famosa canción que dice: "se nos murió el ebooooook de tantooo usaaarlooooo"... Y recuerdo con pesar como hace apenas unos días presumía ante vosotras de las bondades de tener un ebook entre tus manos, de poder leer con los brazos en jarras, de pasar las paginitas de un tocho considerable simplemente a golpe de botón, de poner la letra al tamaño que mejor le vaya a tu pobre vista cansada... Pues eso pasó a la historia. Y lo echo de menos. Eso es lo peor. Que echo de menos un aparatejo. Le había cogido cariño, que le vamos a hacer.

Requiem cantim pace mi biblioteca electrónica. Vuelvo a pasar página...

P.D. Por cierto, no se ha observado en el propietario del aparatejo ningún síntoma apreciable de duelo, es más, no le ha echado ni una miraíta... ¿veís como hice bien en adoptarlo yo?.

8 comentarios:

plañidera dijo...

Te acompaño en el sentimiento, una pena la pérdida, irreparable, tan sentida...

Cristina dijo...

gracias, plañidera, pásate por aquí y ahogamos las penas en alcohol...

otra vez la plañidera dijo...

que más quisiera yo.............

María MD dijo...

Lo siento, querida. Pero piensa...siempre nos quedará el papel.

pilar dijo...

¿Y pa ké coños te comprast un e-book? Mira la tenología cómo te paga. ¡¡¡Si onde haya un buen libro de papel!!!

Anónimo dijo...

...Y respecto a tu posdata: cada uno tiene su forma de sobrellevar un duelo. ¿Te has cuestionado que a lo mejor tu Eli no quiere hablar del tema para no sufrir más? Y si me apuras: ¿no será que prefiere hacerse el loco pa no tirarse directamente a tu yugular? Que lo de compartir es muy bonito y está mu bien pero conociéndote como te conozco y tratándose de una letgra detrás de otra formando una frase seguida de otra y otra y otras hasta formar un capitulo que sumados a otros forman un libro, seguro que garrapiñaste el e-book tó pa ti... le entró nostalgia de su Eli, como a lo canarios de libertad en una jaula, y si las tortugas deciden fenecer firándose sobre su concha, el e-book "de Eli" decidió inundarse de rayas y ahogarse en ellas pa no sufrir.

No sé, digo yo. Hablo por no estar callá. Lo mismo estaba encantao de estar en tus manos y mjurió por un mal de ojo que le hizo Eli pa...

¡Dios! ¡Qué difícil es entender todo en esta vida!

pilar dijo...

El anterior anonimo soy yo, Pilar, que mi ordenador compinchao con el e-book de "Eli" no me deja poner mi nombre.
¡Las máquinas son asín de retorcías!

la viuda alegre dijo...

¡qué ganas de trifulca tienes, Maripi!

ah, por ciegggtoo, se te ha pegado el acento fgaaancés, ¿no, madaaaamee?
la "letgra", "fenecer firándose sobre su concha", "mjurió", ¡oh, mondieu, mondieu que cosmopolitaaa!