jueves, 1 de enero de 2009

LECTORAS CON ARTE ENERO 09. FRA ANGELICO

Me adelanto en unos días para esta nueva entrega de LECTORAS CON ARTE. Acabamos de celebrar la Nochebuena, tenemos todavía los belenes colocados en casa, y he pensado que no nos vendría nada mal empezar el año recordando un poco el origen de esta tradición del nacimiento del Niño Jesús, con una pintura con la que te entran ganas de ser creyente.

Este cuadro, el primero de temática religiosa que se pasea por este rincón de lectoras con arte, es una de las más maravillosas anunciaciones de toda la historia del arte. La pintó un humilde fraile dominico, Fray Angelico y hoy se conserva en el Museo del Prado.

En él, la Virgen es una hermosa lectora con arte. Ha limpiado su casa, que brilla sin una mota de polvo, y aprovecha un ratito de ocio para sentarse en el rincón preferido de su bello pórtico renacentista, bajo la bóveda celeste adornada con estrellas doradas y sobre una alfombra que ha colocado para aislarse del frío suelo de mármol. Desde allí disfruta también de la vista de su jardín, y aprovecha los últimos rayos de luz de la tarde, que se cuelan por su izquierda facilitando su lectura. Todo es quietud y calma. Nada presagiaba que su vida iba a dar un vuelco y ya nada sería como antes.

De pronto, un rayo de luz le ilumina la cara y al levantar la vista del libro que la tenía tan entretenida, se encuentra con un majestuoso ángel de bellas alas.
...y el ángel del Señor anunció a María...
María, turbada por la sorpresa, cruza las manos sobre su pecho, y el libro abierto cae abandonado sobre su falda. Quizás el aleteo de las alas del ángel al posarse levantó una brisa fresca que la hizo estremecerse y buscar el manto para arroparse más, o tal vez fuera el anuncio de que estaba embarazada lo que la hizo abrazarse. O puede que el gesto simplemente acompañane a sus palabras: "he aquí la esclava del señor, hágase en mi según tu palabra..."

Pero hay algo más en este cuadro que siempre me ha llamado la atención y ha encendido mi curiosidad. Hay otro cuadro dentro de este cuadro. Ya sabéis que los cuadros, igual que los libros, tienen múltiples lecturas, y en éste, hay otra historia que corre paralela a la de María y el ángel. Podrían ser dos cuadros, de temáticas y estilos diferentes, divididos por las columnas del pórtico, pero es uno. ¿Por qué?

En contraste con esta imagen de paz y quietud que hemos visto antes, por el fondo del jardín vienen caminando Adán y Eva, que abandonan el paraíso avergonzados y cabizbajos, arrepentidos después de haber cometido el pecado original al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. La serpiente los tentó una y otra vez y ellos cayeron en la tentación. Ahora, otro ángel menos pacífico vuela sobre sus cabezas, saliendo de la maleza, mientras les indica con el dedo la salida del Jardín del Edén. Bajo los pies de Adán y Eva hay tres manzanas.

¿Qué pasará cuando lleguen al pórtico? ¿mirarán aturdidos a María o pasarán de largo mirando al suelo? ¿y qué hará la Virgen? ¿desviará María la mirada para ver lo que ocurre en su jardín o seguirá atenta las palabras tan trascendentales que le está anunciando su ángel? ¿Y el ángel de María? ¿se girará en redondo agachando sus alas para ver mejor a Adán y Eva o seguirá con lo suyo? ¿Por qué mezcló Fray Angélico las dos escenas?

¿Alguna de vosotras puede resolver mis dudas?

Siempre me han fascinado las alas que pintaba Fray Angélico, porque no son las típicas y dulzonas alas de algodón de azúcar que lucen otros ángeles de la historia de la pintura y que no aguantarían ni un vuelo. No. Las alas de sus ángeles son fuertes, vigorosas, picudas, llenas de plumas de colores, que parecen arrancadas de un hermoso pavo real que reinaba orgulloso en el Jardín del Edén, y que contrastan tremendamente con la ternura de sus rostros y sus dorados cabellos. Debe ser un espectáculo presenciar algún desfile de estos ángeles, para ver esa algarabía de colores sobre el aburrido y uniforme fondo celeste del cielo.

Si alguien piensa ir en sus vacaciones a Florencia le aconsejo que no se pierda una visita al convento de San Marcos, donde todas sus humildes celdas están pintadas por él. Cómo se puede ser tan soberbio y tan humilde a la vez.

Guido de Pietro da Mugello (Vicchio di Mugello, Florencia 1390-Roma, 1455) es un pintor italiano de principios del Renacimiento, que supo combinar la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Fue llamado fra Angelico y también Beato por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. En 1982 el Papa Juan Pablo II lo beatificó, pasando a ser el "Beato Fra Angelico".

Entre 1420 y 1423 ingresa como fraile en el convento de Santo Domingo de Fiesole con el nombre de Giovanni da Fiesole. Toma la decisión junto con su hermano Benedetto, dedicado por entonces a la escribanía, para desarrollar su inclinación artística. Allí se ocuparía de la decoración pictórica del claustro y realizaría el retablo del altar mayor. La rama principal de la orden de los Predicadores ponía mucho énfasis en los estudios, en cambio, a los Observantes, aunque se dedicaban a la predicación y salvación de las almas, les estaba permitido dedicarse a otras actividades. Fra Angelico no estaba sujeto a la clausura estricta, lo que le permitió participar activamente en la transformaciones de su tiempo. Diez años más tarde, simultáneamente al reconocimiento como gran pintor de su época, tenía cargos de gran responsabilidad dentro de la orden y contaba con la amistad de San Antonino, arzobispo de Florencia (también dominico), y de los papas Eugenio IV y Nicolás V.

En 1436, los dominicos de Fiesole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido. Fra Angelico, sirviéndose a veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores. El retablo que hizo para San Marcos (c. 1439) es una de las primeras representaciones de lo que se conoce como conversación sacra: la Virgen acompañada de ángeles y santos que parecen compartir un espacio común.

En 1445 fue llamado a Roma por el papa Eugenio IV para pintar unos frescos en la capilla del Sacramento del Vaticano, hoy desaparecida. En 1447, pintó los frescos de la catedral de Orvieto junto con su discípulo Benozzo Gozzoli.

Sus últimas obras importantes, los frescos realizados en el Vaticano para decorar la capilla del papa Nicolás V, representan episodios de las Vidas de san Lorenzo y de san Esteban (1447-1449), y probablemente hayan sido pintados por ayudantes a partir de diseños del maestro. Desde 1449 hasta 1452, Fra Angelico fue el prior de su convento de Fiesole.

En 1452, regresa a Roma, donde muere el 18 de febrero de 1455. Fra Angelico, que nunca había empezado una obra sin rezar una oración previamente, fue canonizado por Juan Pablo II en 1984, pero ya antes, su sepultura en Santa Maria sopra Minerva se había convertido en un verdadero lugar de culto y peregrinación, no tanto debido a su genialidad artística como a su carácter sencillo cargado de profunda espiritualidad.

Combinó la elegancia decorativa del gótico, con el estilo más realista de otros maestros del renacimiento. Las expresiones de devoción en los rostros son muy logradas, así como la utilización del color que consigue dar mayor intensidad emotiva a la obra. Su maestría en la creación de figuras monumentales, en la representación del movimiento y en la capacidad para crear planos de profundidad a través de la perspectiva lineal, especialmente en los frescos realizados en Roma, lo confirman como uno de los pintores más importantes del primer renacimiento.






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22 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobrecogida como María ante esta "presentación.
"He aquí una admiradora", no se si tanto de Fra Angelico como de Maese Cristina.
Por tus preguntas.Amén.

Anónimo dijo...

Adán y Eva: el principio del pecado. María: el final, madre de la salvación.

"Creen que no los he visto, pero las manzanas perdidas delatan sus pasos"

Cristina dijo...

-te lo dije, Eva, te dije que no te comieras eso, era lo único que no nos podíamos comer, mira que nos lo dijo veces ese señor... con lo bien que se vivía allí...

-Hijo, Adán, yo creí que las manzanas eran las otras, esa que tienen la piel color melocotón...

-¿color melocotón? ¿qué color es ese? siempre te estás inventando nombres...

-no te pongas pesado, Adán... ¡mira, otro ángel! ¿le decimos que nos perdone?

Anónimo dijo...

- Por último, recuerda que la tentación merodea siempre muy cerca. Y sobre todo, no cojas nada del suelo.

Anónimo dijo...

-Eva, ¿has visto eso?,¿qué clase de fruto será ese que tiene Ella sobre sus vestiduras?

Cristina dijo...

-Es un fruto muy raro, Adán, tiene pinta de llamarse libro...

-¿Libro? qué palabras más raras se te ocurren, Eva...

Anónimo dijo...

Erase un ángel que se llamaba Gabriel. Tenía que anunciarle una cosa a María y Gabriel vino volando siguiendo al rayo de sol para decirle que iba ser madre de Jesús.
Maria estaba leyendo un libro muy pequeñito en una bonita boveda azul.

Mientras, Adan y Eva se iban del paraiso muy preocupados porque otro ángel le estaba diciendo:
-Fuera, os habéis comido la manzana prohíbida

-perdón, me convencio la serpiente -dijo Eva-

Adan por poco se tropezaba con frutas del paraiso.

Cristina dijo...

"El Arcángel San Gabriel,
entre azucena y sonrisa,
biznieto de la Giralda,
se acercaba de visita..."

Gabriel iba obediente, como siempre, a cumplir su misión, por algo había sido ascendido a Arcángel. Precedido por el rayo de luz surcó el cielo. Se abrieron las nubes a sus pies y desde arriba vislumbró el jardín más bello que había visto jamás.

"...Las estrellas de la noche
se volvieron campanillas..."

Sus alas le fueron acercando a un bello pórtico y entonces la vio. Estrella reluciente, con su manto azul competía en belleza con la noche. Gabriel se sabía de memoria cada palabra que iba a decirle, las había repetido mil veces:

"...Dios te salve, Anunciación.
Morena de maravilla.
Tendrás un niño más bello
que los tallos de la brisa..."

Pero ella tenía la cabeza baja y su mirada fija en un pequeño libro. Su boca esbozaba una leve sonrisa. Estaba tan absorta en la lectura que ni siquiera se dio cuenta de su presencia, a pesar de que Gabriel carraspeó varias veces para hacerse notar.

Por primera vez en la eternidad, Gabriel sintió que no quería cumplir su misión. Quería dejarla a solas, a solas pero acompañada de aquellas páginas que tanto la estaban haciendo disfrutar. Se sentó a su lado, y miró los extraños dibujos que estaban trazados sobre aquellas hojas blancas. Ella leía en voz muy baja, se acercó un poco más y escuchó lo que murmuraba. Era como una cancioncilla en la dulce voz de María:

"El niño canta en el seno
de Anunciación sorprendida.
Tres balas de almendra verde
tiemblan en su vocecita.

Ya San Gabriel en el aire
por una escala subía.
Las estrellas de la noche
se volvieron siemprevivas".

(A Federico García Lorca, Arcángel de la poesía)

Marga dijo...

¿Será verdad lo que dice mi prima Isabel sobre los ángeles? Si no tienen sexo ¿qué tipo de proposiciones me está haciendo este Gabriel que asegura ser uno de ellos? Si no tienen intereses materiales, ¿por qué esos delirios de grandeza, esos proyectos para dominar la voluntad de los seres humanos? Estoy confundida. Tomaré una manzana para ganar tiempo.

Anónimo dijo...

No puedo creerlo. ¡Expulsados del Paraíso por una simple manzana! Estaba tan apetitosa y brillante en su rama… se iba a estropear, había que aprovecharla antes de que cayera del árbol podrida. No me gusta que la comida se estropee. Tengo esa manía, eso sí que es un pecado.

¡Dichosa serpiente! me dijo que no pasaba nada, que era una metáfora divina eso de que Dios nos expulsaría del Paraíso ¡metáfora divina! ¡le voy a dar yo metáfora divina cuando la vuelva a ver!.

Pobre Adán. Mil veces que le dije que la probara y mil veces me dijo que no. No me lo va a perdonar en toda la eternidad. Al darle el primer bocado la tierra tembló haciendo un ruido terrorífico. Nos miramos con ojos de espanto y, de pronto, sentimos vergüenza de vernos desnudos y saltamos a escondernos tras el arbusto. Pero llegó el ángel y nos expulsó. Nos costó entenderlo, con esos gestos que hace creíamos que lo que quería era expulsarnos del arbusto. ¿sería otra especie protegida?…

Pobre Adán. Lo miro de reojo y lo veo así, con la mano en la cara, perplejo por haberlo perdido todo y no sé qué decirle, ni como animarle… le gustaba tanto el Edén…

¿Pero dónde nos llevará el ángel? ¿iremos a esa casa tan mona? hay otro ángel, y una mujer… es muy guapa, y está muy bien vestida, no como yo… A mi no me importaría, podremos hablar de nuestras cosas, porque hay veces que creo que Adán no me comprende...

Cristina dijo...

"¡Ella me acusa, a mí, de ser la causa de nuestro desastre! Dice, con aparente sinceridad, que la Serpiente le aseguró que la fruta prohibida no eran las manzanas, sino las castañas. Entonces dije que yo era inocente, porque no había comido ninguna castaña. Ella dijo que la Serpiente le informó que “castaña” era un término figurado que se usa para las bromas viejas y tontas. Me puse pálido al escucharla, porque yo había hecho muchas bromas para no aburrirme, y algunas pudieron haber sido de esa clase, aunque honestamente había supuesto que eran novedosas cuando las hacía. Me preguntó si había hecho alguna en el momento de la catástrofe. Me vi obligado a admitir que había hecho una para mis adentros, pero no en voz alta. Fue así. Estaba pensando en las Cataratas y me dije:“¡Qué maravilloso es ver ese inmenso cuerpo de agua caer allí abajo!”. Luego, instantáneamente, un pensamiento brillante relampagueó en mi cabeza,y lo dejé salir, diciendo: “¡Sería mucho más maravilloso verlo caer allí arriba!” –y estaba a punto de morirme de risa cuando toda la naturaleza estalló en guerra y muerte y tuve que correr para salvar mi vida–.

“Ahí está”, dijo ella, triunfante, “es exactamente eso; la Serpiente mencionó ese mismo chiste, y lo llamó la Primera Castaña, y dijo que era tan viejo como la creación.” Ay, es a mí a quien hay que culpar. ¡Ojalá no fuese tan ocurrente, ojalá nunca hubiese tenido ese pensamiento brillante..."

(extracto del "Diario de Adán", de Mark Twain)

Cristina dijo...

"Cuando pienso en el pasado, el Jardín me parece un sueño.

Era hermoso, de una hermosura insuperable, encantadora; y ahora se ha perdido y no lo veré nunca más. He perdido el Jardín, pero lo he encontrado a él, y estoy contenta. Me ama tanto como puede; yo lo amo con toda la fuerza de mi naturaleza apasionada y esto, creo, es lo propio de mi edad y de mi sexo.

Si me pregunto por qué lo amo, me doy cuenta de que no lo sé, y realmente no me importa demasiado saberlo; por eso supongo que esta clase de amor no es un producto de la razón y de las estadísticas, como el amor que se siente por otros reptiles y animales. Creo que así debe ser.

Amo a ciertos pájaros por su canto; pero no amo a Adán por la manera en que canta, no, no es eso: cuanto más canta menos me resigno. Sin embargo, fui yo la que le pidió que cantara, porque quiero aprender a gustar de todo lo que le interesa. Estoy segura de que puedo aprender, porque al principio no podía soportar su canto, pero ahora puedo. Es capaz de cortar la leche, pero no importa; puedo acostumbrarme a la leche cortada.

No es causa de su inteligencia que lo amo; no, no es eso. No hay que culparlo por el estado de su inteligencia, porque él no se hizo a sí mismo, él es como Dios lo hizo y eso es bastante. Hubo un propósito sabio en ello, eso lo sé. De a poco se irá desvelando, aunque creo que no será repentino; además, no hay apuro, está bastante bien tal como es.

No es por sus modales graciosos y considerados ni por su delicadeza que lo amo. No, tiene defectos en la materia, pero está bastante bien así y está mejorando.

No es por su laboriosidad que lo amo; no, no es eso. Creo que la lleva dentro, pero no sé por qué me la oculta. Es mi única pena. En lo demás es franco y comunicativo conmigo, ahora. Estoy segura de que no me oculta nada, excepto eso. Me apena que guarde secretos conmigo y a veces pensar en eso arruina mi sueño, pero lo alejaré de mi mente; no va a torturar mi felicidad que, por otra parte, está colmada.

No es por su educación que lo amo; no, no es eso. Es autodidacto y sabe realmente un montón de cosas; pero no son así como él las sabe.

No es por su caballerosidad que lo amo; no, no es eso. Me ha lastimado, pero no lo culpo. Es una peculiaridad de su sexo, pienso, y él no hizo su sexo. Por supuesto que yo no lo hubiese lastimado, antes muerta; pero eso también es una peculiaridad de mi sexo de la que no voy a sacar ventaja,porque yo no hice mi sexo.

Entonces, ¿por qué es que lo amo? Sencillamente porque es masculino, pienso."

(Extracto del "diario de Eva", de Mark Twain)

Cristina dijo...

Ella sí que es un ángel.

Se nota porque deja por donde pasa una estela refulgente, un caminito de luciérnagas brillando donde sus alas han golpeteado el aire. Y aunque su vuelo la haya llevado a otros mares puedes adivinar el camino que ha seguido, porque si miras al cielo con atención, nievan sobre tu rostro sus pequeñas plumitas multicolores, plumitas que borran rencores, disputas, enfados, dudas, temores, tristezas. Plumero celestial que te saca brillo donde antes había polvo. Y persiste en el aire como un chisporreteo alegre, una melodía angelical y divina con sones sureños, un ritmo pegadizo que te envuelve y con el que se mueven tus pies aunque tú no quieras. En eso se nota que es un ángel.

Pero este ángel sí tiene sexo, Isabel.

Cristina dijo...

Ave Maria
María Gratia Pleeenaaaa....

Cristina dijo...

Adán ¿tú te acuerdas mucho del Edén? yo me acuerdo mucho, sobre todo de un angelito que venía a visitarnos, ese con los pelos rosas que hablaba mucho... también me acuerdo mucho de otro que venía siempre con el viento del norte ¿te acuerdas Adán? a esos angelitos los echo yo de menos...

angeles dijo...

Estoy con Maria-sur en que el principio del pecado, del temor a Dios, está en el Antiguo Testamento, y la salvación por la bondad y el amor esta en el Nuevo.
La visión de Gioconda Belli sobre el Génesis en su libro "El paraiso en la palma de la mano" da que hablar.
De todas maneras, las mujeres somos el principio y el fin. Esto es lo interesante.

angeles dijo...

Y me tomo un Frangélico por Fray Angélico.

Anónimo dijo...

Si,Eva, yo también echo de menos algunos angelitos, pero ¡mira,mira! ahora ha venido uno con su nombre en plural y botella de frangélico en mano dispuesto a darnos un poquito de calor a pesar del "frío que siente".
Besos para tí Angeles.

Pilar dijo...

Infierno, cielo, paraíso.
Serpientes, ángeles, manzanas.
Sexo de aquí y del más allá.
¡¡¡Ay!!! ¡Ayyyyyy! NO siento nada.
Algo no cuadra. Algo me confunde. Algo en mi interior me dice que salga de aquí, me una a los pecadores y, simplemente, disfrute.

Anónimo dijo...

niña de pelos rosassss.... soy la sssserpiente.... mira, mira que manzanita más jugossssa.... dale un bocadito, verás que rica esssstá...

Pilar dijo...

¡Cielo Santo! ¿Acaso piensa usted ke se puede pecar 2 veces en un mismo día? ¿No es mejor alimentar la osadía poco a poco, estimado/a desconocido/a? ¿No se condenará a arder en la culpa y el sacrilegio a la irreverente que rechaza al cielo para quedarse con lo que ven sus ojos y atrae a sus institntos más primarios? Pensad, pensad y no aturdáis al prójimo, que él solito se acercará dónde le lleve su deseo y su institnto

Anónimo dijo...

sssss... esss quee no me había dado cuenta de ssssu pecado, preciosssa niñaaa, esssstabamos lass dosss escribiendo en el misssmo insssstanteee... graciass por sser tan diligente a la hora de pecar...